La pequeña nobleza local de Elche, dedicada a actividades económicas en la villa, participantes de los pequeños circuitos de comercio, se articularon en torno a una ideología basada en la territorialidad, la posición antiseñorial y la mitificación de la monarquía.
Dos manuscritos enmarcan su ideología a lo largo del siglo XVII: el Manuscrito de Cristòfol de Sanz en 1621 y el del “duende celador” en la década de los 80 se consideran síntoma de decadencia y recuperación respectivamente de este estamento.
La nobleza de Elche se remontaba a la edad media, muy vinculada a la conquista militar del reino y a la realeza. Hechos en los que fundamentará sus privilegios frente a la otra nobleza, la que accede a esta posición por ocupar cargos públicos en el gobierno de la villa.
Después de la conquista del reino tratarán de fomentar, siglos después, la idea de cruzada y de defensa de la villa. Esto se reflejará en sus escudos, en sus mansiones en torno a Santa María.
Aunque considerados nobles, entre estos dos grupos siempre habrá diferencias internas, y los procedentes de la nobleza militar siempre tendrán privilegios mayores que los que acceden a este grupo por méritos.
En los inicios del siglo la nobleza participa en la actividades económicas, agrícolas y mercantiles de la villa y, para garantizar su posición social, llevaban a cabo una política matrimonial que favorecía una intensa endogamia. En Elche habrá algunos casos en que esta endogamia se rompe en algún caso para promover matrimonios ventajosos con mercaderes y labradores ricos.
Otra forma de mantener su posición social será la creación de vínculos en sus patrimonios, si bien los manuscritos mencionados anteriormente se consideran los últimos reflejos de un grupo que irá despareciendo a favor de las nuevas oligarquías burguesas pasado el siglo XVII.
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