A finales de siglo, se celebraran festividades decretadas por el concejo como el Corpus, la Pascua o el Misteri d’Elx.
Estas fiestas sufrieron algunas variaciones a lo largo de la época medieval y moderna, tanto por causas culturales como por causas políticas. En cuanto a las segundas, la cesión de la villa de Elche al noble Gutierre de Cárdenas por sus servicios a la Corona, por parte de los Reyes Católicos, y la oposición de la villa a dicha cesión, hizo mella en las fiestas, ya que el concejo decretó que las mismas se organizaran y realizaran dentro de los muros de la villa hasta la toma de posesión por parte del Marqués de elche.
A partir de 1487 se normalizan los festejos y se hacen como manda el concejo. Estos festejos del Corpus están a cargo del presbítero Juan de Malla en esta época, al cual se le entregaban 200 sueldos para realizarlas.
Estos festejos, según el concejo debían hacerse como mandaba, con sus entremeses (el de Adán y Eva; el de los Santos Padres; el de San Jorge, el dragón, el rey y la reina; el de San Juan; y el de Abraham) y las demás cosas necesarias para dicha fiesta.
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