El judío ejerce un papel económico predominante en las villas donde se asientan. La política repobladora llevada a cabo por Jaime I en los territorios conquistados por Aragón y de Alfonso X en sus homónimos castellanos, marcó unas reglamentaciones básicas para el asentamiento de judíos en nuestra provincia.
Estas reglas, junto a las de ordenamiento interno de los propias aljamas, definían una estructura clara por parte de profesionales de carácter administrativo, conocedores del medio y de la lengua de la mayoría conquistada, y que servían de perfecto puente entre la mayoría musulmana y los, escasos pobladores cristianos, reacios a asentarse en las nuevas tierras, todavía controladas por musulmanes.
El judío desempeñaba un papel importante en la estructura socio-económica de cualquier villa bajo-medieval. Los judíos desempeñaron funciones públicas como la de colectores o recaudadores de las rentas y pechos señoriales; traductores de lengua árabe, de transcendencia por su mediación en los conflictos musulmanes-cristianos de mediados y finales del s.XIII; médicos o alfaquinos, muy pretendidos por sus conocimientos en medicina árabe, la más avanzada del momento.
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