Tratado de Elche, 1305

En la segunda mitad del s XIII, el reino de Murcia era un protectorado castellano que se levantó en armas liderado por su población musulmana. Ante la imposibilidad de actuar debidamente, los monarcas castellanos pidieron ayuda a sus aliados aragoneses. Jaume I sofocó las revueltas en nombre de su aliado, pero sin romper las fronteras que había diseñado.

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Jaume II

A finales del s. XIII, la situación se había trastocado, continuos conflictos diplomáticos, por pactos no cumplidos, y una demostración de fuerzas llevó a la destrucción de lo que quedaba del reino musulmán murciano dividiéndose entre aragoneses y castellanos.

        El 19 de mayo Jaume II y Fernando IV firmaron en esta ciudad las nuevas fronteras entre los reinos, anulando el tratado de Torrellas de un año antes.  Así, la frontera se marcaría entre Almansa y Pechín, siguiendo el río Segura hasta el mar. El rey de Castilla renunciaba a gran parte de territorio y el de Aragón a Cartagena (que había tenido por el tratado de Torrellas) por su extrema lejanía.

        Así, sin tener en cuenta los vínculos de las poblaciones previas (habitual en estos momentos) ni la geografía del reino, el norte de Murcia pasó a ser el sur de Valencia, abriéndose un nuevo capítulo de la historia de estas tierras con los nuevos colonos.


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