Durante la Edad Moderna Orihuela fue considerada el granero del reino, porque era capaz de producir el suficiente trigo como para proveer el mercado exterior y su consumo local. Sin embargo, no siempre fue capaz de producir la misma abundancia de cereal, concretamente durante el siglo XVII, que en general fue un siglo de decadencia en muchos sentidos. No obstante, su producción siguió siendo significativa.
A pesar de la alta productividad, no se descartó la idea de crear una cámara municipal de trigo o pósito. Estas cámaras, junto a las alhóndigas y graneros, ayudaban a proteger y garantizar el consumo y producción del trigo ante las posibles amenazas a las que éste estaba expuesto, como: las malas cosechas; la oscilación de los precios; y la especulación y prácticas de usura sobre el mercado. Además el pósito tenía como función principal conceder préstamos de cereal en condiciones módicas a los vecinos que tuvieran necesidad de vender o comprar. El precio que fijaban las autoridades se basaba en el valor que en ese momento tuviera el trigo en el mercado.
Por otra parte, a esta abundante productividad se le sumo la presión que los cosecheros ejercían para conseguir asegurarse un mercado exterior. Ambas circunstancias llevaron a que en 1542 se le concediera a Orihuela el privilegio de exportar trigo a las afueras del reino de Valencia.
Miriam T Muñoz Rico
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