Introducción

 

Nos encontramos con una ciudad con mucha historia, con vestigios paleolíticos, neolíticos, púnicos, romanos, musulmanes… Que vivió su apogeo en la Baja Edad Media y en época Moderna, periodo abordado en este blog.

La ciudad geográficamente esta localizada en el sureste peninsular, surcada por el río Segura, elemento geográfico que articula el territorio oriolano y que la convierte en una región excelente para la agricultura, hecho que la convertirá en una ciudad muy prospera. Presenta una serie de sierras al norte de la ciudad, como la sierra de San Miguel, lugar donde estaba ubicado el castillo de la ciudad del que ahora tan solo quedan vestigios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La ciudad en la Edad Moderna se convirtió en una de las referentes del reino. En cuanto a población, se localizaba entre las más pobladas, como demuestran los datos que hablan de 12.000 habitantes a finales del siglo XVI, aunque sufrió una importante crisis demográfica a mediados del siguiente siglo, que la relegó en la escala regional, siendo superada por la ciudad de Alicante.

La ciudad de Orihuela vivió marcada por la lucha por la consecución del obispado propio, disgregándose de Cartagena. Hecho que marcó el siglo XVI y que se consiguió en el 1564, tras muchos intentos por parte de las entidades municipales.

Las germanías también son importantes en esta ciudad. Donde los agermanados se hicieron con el control de la ciudad, pero los nobles de la zona con el apoyo real les derrotaron en la batalla del Rincón de Bonanza, dando a paso al famoso saco de Orihuela, uno de los hechos más importantes en la historia de la ciudad.

Culturalmente hablando destaca por su gran espiritualidad, que se puede observar incluso en la actualidad, donde proliferaron muchas construcciones religiosas. También a mediados del siglo XVI fue fundada la Universidad, donde se vio marcado este carácter religioso de la ciudad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Económicamente destacaba por ser el granero del reino, apelativo que le colocan las fuentes. Esta era su principal característica, aunque no solo se centro en ese producto, sino que destacan otros cultivos como la seda (introducida en el siglo XVI) o la vid.

En definitiva una ciudad con mucha solera, que se convirtió en referente de la zona meridional del reino, durante la Edad Moderna.