Aunque Peñiscola poseía un funcionario con sus competencias muy bien definidas, en el caso del Síndic y el Clavari, era muchas veces la misma persona quien ocupaba los puestos, sin que el trabajo desempeñado estuviera relacionado.
Los síndic eran representantes de la ciudad que defendía los intereses fuera de esta. Asistía a las Cortes Valencianas, gracias a un privilegio concedido por Alfonso V. De esto queda constancia en un mural, conservado en la Generalitat valenciana del año 1593.
Por otro lado el clavari era una especie de tesorero encargado de cobrar los impuestos de la ciudad. Su responsabilidad era tan grande que si no conseguía cobrar dichos impuestos tenia que ponerlos de su bolsillo. Si a la hora de rendir cuentas el clavari tenia deudas, se le aplicaba un 5% de recargo.