Siempre se ha considerado a la Península Ibérica como el paradigma de la convivencia de las tres principales religiones monoteístas como son el cristianismo, el judaísmo y el islam. Pero lo cierto es que en la práctica esta convivencia no era tal, sino que los tres grupos estaban separados física – por barrios – e ideológicamente.
Históricamente los judíos han sido las grandes víctimas de la Historia, un dato llamativo más aún cuando, en lo que respecta al País Valenciano, apenas superaban el 5% del total de la población. Es decir, unos 10.000 judíos repartidos por el territorio valenciano que, sin embargo, controlaban eficazmente el comercio y las finanzas cómodamente asentados en los principales núcleos urbanos.
La mayoría de los historiadores coincide de destacar el foco del odio antijudío precisamente en esta hegemonía económica. De hecho fueron los grandes perseguidos por la Inquisición (creada en 1478 por los Reyes Católicos) y a los que se acusaba, con o sin razón, de judaizantes. En otras palabras, el judaísmo permitía renegar públicamente de la religión porque consideraba que Yavhé conocía la verdadera Fe en el fondo del corazón de cada uno. De manera que muchos judíos que permanecieron en el territorio valenciano se convirtieron públicamente al cristianismo pero seguían practicando dentro de su vida privada todos los ritos judíos, considerados así como herejes a los ojos de la Inquisición.
El antisemitismo fue creciendo hasta que, finalmente, en 1492 se decretó la expulsión de todos los judíos de la Corona Hispánica. 1492 fue uuna fecha clave en el reinado de los Reyes Católicos, no sólo por el descubrimiento de América sino también por la toma de Granada. A raíz de esta victoria la Nobleza, ahora económicamente fortalecida, no estaba dispuesta a compartir su nueva posición con otro grupo social. De manera que la expulsión de los judíos de la Península Ibérica es, al fin y al cabo, un intento nobiliario por arrasar la principal fuerza económica del reino.
Por lo que respecta a Jijona no hay indicios de ninguna comunidad judía ya que carecía de sinagoga. Sí había, en cambio, un importante foco hebraico en Alicante que según los historiadores, con el decreto de expulsión, huyó de la ciudad para refugiarse en las montañas. Es más que probable que a partir de 1492 llegara algún contingente poblacional hasta Jijona y que muchos de los habitantes del municipio en la actualidad tengan sangre judía sin saberlo. Es más, como dato curioso, algunos historiadores sostienen que el famoso turrón navideño y por el cual Jijona es mundialmente famosa es, en realidad, un producto de origen judío.
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