La Guerra de Sucesión en Jijona y sus consecuencias

  La Guerra de Sucesión se dio entre 1701 y 1713. La causa principal fue la muerte de Carlos II sin descendencia directa y los tres testamentos que firmó antes de morir condicionado por sus más allegados. Así, se dieron dos aspirantes al trono: el Archiduque Carlos, de la casa de los Austrias; y Felipe de Anjou, de la casa de Borbón. Pronto se produjo una lucha encarnizada en todo el territorio español entre los partidarios de ambos candidatos, resultando vencedor Felipe V.

  En el territorio valenciano, la mayoría se decantaron por el archiduque, quedando Jijona aislada entre Alicante y otras villas cercanas partidarias al mismo. Así, Jijona se declaró férrea defensora del candidato borbón, valiéndole ello el hostigamiento constante de las tropas inglesas, alicantinas y demás.  Con ello, los jijonencos se vieron obligados a huir de sus casas rumbo a las villas más cercanas favorables a su causa. Esas villas fueron: Biar, Villena y Yecla. Las tres acogerán a los jijonencos exiliados y éstos corresponderán luchando junto a sus milicias.

  Una vez finalizó la guerra, Jijona queda destrozada, y de igual forma ocurrirá con Torre de les Maçanes, aldea asociada a la villa. Así, lo primero que harán los jijonencos será reclamar una serie de concesiones al monarca, valiéndose para ello de certificaciones que las tres villas que les acogieron durante la guerra envían al rey atestiguando las penas pasadas por los jijonencos. Entre las concesiones reclamadas, cabe destacar:

  1. Los privilegios con que ya contaba la dicha villa.
  2. La petición de ser nombrada ciudad y no villa.
  3. La petición de nombramiento de cabeza de partido, el título y renombre de Muy Leal y Fidelísima.
  4. La potestad de añadir una flor de lis a las armas de la ciudad (emblema de los Borbones).
  5. La custodia y defensa del castillo de la ciudad de Alicante.
  6. Licencia a los vecinos para llevar armas.
  7. La facultad de reedificar Torre de les Maçanes
  8. La remisión de todos los censos pertenecientes a rebeldes.

 De dichas reclamaciones, también cabría destacar que los jijonencos pedirán que Alcoy y Penáguila corran con los gastos de la reedificación de Torre de les Maçanes. Esta petición responde a que ambas poblaciones hostigaron enormemente a la villa durante la contienda, y los jijonencos reclamarán de esta forma que paguen sus ataques. No obstante, la Corona cederá de forma diplomática, ya que accederá a tal concesión pero no como pena de guerra, sino en calidad de vecinos.

  También les será concedido el título de ciudad y el nombramiento de cabeza de partido, lo que hará que queden supeditadas a Jijona poblaciones cercanas y no tan cercanas, como Elche. Por otra parte, también contará con el título y renombre de Muy Leal y Fidelísima, a la vez que incluirá en su escudo la flor de lis borbónica.

  En cuanto a la reclamación de mantener privilegios previos a la contienda, éstos les serán concedidos siempre y cuando respeten el Decreto de Nueva Planta y no sean abiertamente forales.

 Además, se concederá la guardia y custodia del castillo pero ello será de forma temporal y siempre y cuando haya hostigamientos. En esta línea, también les será concedido a los vecinos el llevar armas.


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