El inicio del descontento viene dado por las noticias que llegaron a los consejeros castellanos de que el nuevo rey, no conocía la lengua del país y llegaría rodeado por la camarilla de consejeros flamencos. Las cortes castellanas exigían a los monarcas el conocimiento de la lengua del país y el respeto por las leyes. En 1520 Carlos convoca Cortes en Santiago para pedir dinero para su elección como emperador. La convocatoria de estas Cortes supusieron un aumento del descontento de la población castellana puesto que:
- No se cumplió el plazo para convocar Cortes.
- El monarca pedía grandes sumas de dinero para fines ajenos a los asuntos del reino.
- Las Cortes se celebraron en Santiago, donde se produjo la sensación de un intento del monarca por aislar a los miembros de las Cortes para conseguir votos favorables, cediendo a su presión.
- El rey consigue un mínimo de votos.
Estas Cortes aumentan el descontento de las comunidades, el pueblo estalla en revuelta en contra de los procuradores que votaron a favor en las Cortes. Se instaura la Santa junta por parte de los sublevados, esta junta exponía una serie de exigencias:
- Anular el servicio votado en las Cortes.
- Vuelta al sistema de encabezamiento en los cobros de impuestos.
- Reservar los cargos públicos y los beneficios eclesiásticos a los castellanos.
- Prohibir la salida de dinero del reino.
- Designar a un castellano para dirigir el reino en ausencia del monarca.
Se produce una gran represión de las tropas reales con la quema de la ciudad de Medina del Campo. A finales de Agosto de 1520 las ciudades sublevadas formaron un poderoso ejercito comandado por Juan Padilla. La revuelta tuvo especial importancia en Castilla la Vieja, pero sus ciudades tiene intereses convergentes (comercio Vs artesanado) por lo que los sublevados carecerán de una unidad.
La composición social de esta revuelta la conforman las capas urbanas medias, pequeña nobleza, artesanos y el pueblo llano.
Por otra parte la nobleza no tomó parte activa de la insurrección, su papel sería determinante puesto que, al no existir en ese momento un estado efectivo, la nobleza actuaría como los controladores de la situación, ya que son señores de la guerra, con ejércitos capaces de decidir el devenir del conflicto. Finalmente, la nobleza, que en un principio pudo estar tentada a un rechazo hacia un monarca extranjero, se apartará paulatinamente, ya que la revuelta se irá radicalizando con el paso del tiempo llegando a crear sentimientos antiseñoriales. Finalmente los sublevados serán derrotados en la batalla de Villalar en 1523.