Las contraseñas son importantes para todos los usuarios de un sistema informático, independientemente del perfil de trabajo, aunque es evidente que la de los administradores tiene especial repercusión.
Como usuarios “normales” no debemos olvidar que la contraseña es el mecanismo utilizado para autenticarnos en el sistema, es decir, el mecanismo que asegura que somos quienes decimos que somos y por tanto, responsables de las actividades que se realizan con nuestro usuario.
Una buena contraseña:
- Debe tener, al menos, seis caracteres alfanuméricos y uno o dos signos de puntuación, carácter numérico o especial o una mezcla de letras mayúsculas y minúsculas.
- Si se está cambiando una contraseña, la nueva debería tener al menos tres caracteres que no estuvieran en el password anterior.
- Puede basarse en la concatenación de dos o más palabras o partes de palabras. Puede basarse en la inclusión de una palabra dentro de otra palabra. Por ejemplo, cladificilve que tiene la palabra dificil dentro de la palabra clave. Puede basarse en el intercalado de las letras de una o más palabras: por ejemplo, ‘glaotroo’ intercala ‘loro’ y ‘gato’.
Y lo que no debe ser es:
- Cualquier parte del nombre del usuario o el nombre de algún miembro de su familia o amigos.
- No debe ser un número significativo para el usuario o para alguien cercano al usuario como números de la seguridad social, matricula del coche, número de teléfono, fechas de nacimiento, etc.
- No debe formar parte de un diccionario.
Y por supuesto, nunca, pero nunca, nunca, deberíamos comunicársela a otra persona.
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