Felipe II, rey de España
Felipe II, rey de España, llamado El Prudente, nació en Valladolid el 21 mayo de 1527 y murió en El Escorial, el 13 de septiembre 1598. Fue Rey de España de 1556 hasta su muerte. En el año 1554 fue también rey de Nápoles y Sicilia y más tarde en 1580 fue rey de Portugal. En 1554, Felipe II fue asimismo, rey de Inglaterra por su matrimonio con su segunda esposa hasta la muerte de esta en 1558.
Felipe II, hijo de Carlos I de España o V de Alemania y Isabel de Portugal. Fue el mayor de una familia de seis hijos. Tuvo tres hermanos: Juan, Fernando y Juan y dos hermanas: María y Juana. Cuando Felipe nació fue llamado el Príncipe de las Españas. Su nacimiento se celebró con varios días de fiestas y juegos, rápidamente interrumpidos por la llegada de la noticia del Saco de Roma por los ejércitos imperiales.
Felipe II pasó los primeros años de su juventud con su madre y luego más tarde es su padre, Carlos V que se hizo cargo de la formación política y diplomática de su hijo. Como su padre, Carlos V viajaba mucho y que no tenía mucho tiempo para cuidar a su hijo, él contrató a un tutor, don Juan Martínez Silíceo para que le enseñara a leer y escribir. Después fue también apoyado por Juan de Zúñiga, quien le enseñó las materias básicas como la geografía, las lenguas y las matemáticas. Recibió una educación muy completa por su gobernador que se ocupó de que Felipe II hiciera los ejercicios necesarios para un príncipe: la caza, las justas, la música y la danza.
A lo largo de su vida, Felipe II tuvo cuatro esposas. Se casó con cada una de sus esposas, no por amor sino por cuestiones diplomáticas y de Estado. Se casó con una portuguesa, una inglesa, una francesa y una austríaca para reforzar sus vínculos (lazos) con cada estado europeo.
Algunos años más tarde, en 1546, el príncipe recibió su primer territorio oficial: el Ducado de Milán. En 1556, el acceso al trono por abdicación de su padre, que estaba viejo y se sentía muy cansado. Él heredó de su padre un gran poder imperial. La idea principal de la política de Felipe II fue mantener la unidad del catolicismo en España y Europa, ya que era muy religioso. Además, él creía que si gobierna bien, los dioses lo recompensarían. A Felipe II, le gustaban dos cosas: la religión y trabajar pero el problema fue que él no tenía la capacidad para gobernar. Su reinado estuvo marcado por el desastre de la Armada Invencible, la pérdida del norte de los Países Bajos y del apogeo diplomático de España pero al mismo tiempo afectado por la leyenda negra debido a la propaganda de sus enemigos.
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