Las mujeres aztecas más humildes nunca superaban la altura de 1,45, lo que les daba una falsa apariencia de frailidad.En la sociedad azteca la mujer se tenía que mover dentro de un ámbito machista y militarizado. Su destino siempre estuvo signado por el cumplimiento de preceptos morales y obligaciones cotidianas.Las mujeres se encontraban sustraídas de todas las actividades que tuvieran relación con el poder y el prestigio. Tenían que atender a sus esposos y a sus hijos más todas las labores hogareñas.
Culturalmente se encontraban descalificadas, debían guardar silencio ante la presencia del hombre y obedecer sumisamente cada uno de los deseos y ordenes.
Por otro lado fueron un pilar para la unidad familiar, el trabajo y el culto.
Jornada laboral
Las mujeres cumplían con diferentes tareas que incluían ocupaciones hogareñas, deberes conyugales, participaron las celebraciones religiosas y en la agricultura. Las tareas domesticas incluían los aspectos de la higiene del hogar.
Cuidaban a sus hijos y les daba el pecho durante los dos primeros años de vida. Luego la educación pasaba a manos de su padre o la madre según se tratase de niños o niñas.
Las mujeres también se encargaban de la confección de los vestidos que usarían toda la familia y de enseñarles esas labores a sus hijas.
En los templos, las mujeres aztecas realizaban los mismos trabajos que en su casa. Por ejemplo, barrían y cocinaban.
Las mujeres aztecas participaban en la agricultura, tenían a su cargo el cuidado del huerto familiar y recolectaban leña.
Rutina hogareña
Entre las tareas reservadas a las mujeres estaba la prepararon de comidas y bebidas para la familia, lo cual eran preparados desde niñas en la educación formal.
Parte de este aprendizaje lo recibían en los templos, lugar donde cocinaban para los dioses y para los sacerdotes.
Modelo de virtudes
Sea cual fuere su origen social, la mujer debía guardar normas de conducta que estaban estrictamente reglamentadas. No podía reírse delante de un hombre que no fuera su esposo. Se esperaba de ella una actitud servicial continuamente. Además debía tener una actitud recatada. Debía ser honesta y hábil en las diversas labores hogareñas.
El peinado que lucia debía ser funcional a las actividades que debía cumplir. Estaba difundido el uso de dos o tres trenzas.
Vestimenta. Por lo general, la mujer azteca vestía enagua y huipil, una falda larga y larga blusa sin mangas.
La sexualidad
Los aztecas tenían como correctas a dos tipos de relaciones: las matrimoniales y las que mantenían sus guerreros antes de las batallas, si eran solteros con sacerdotisas especialmente elegidas bajo la protección de la diosa Xochiquetzal.