La agricultura se volvió la base de su economía y el maíz era la planta alimenticia por excelencia, el principal cultivo. La economía agraria azteca es considerada una de las más evolucionadas de la América Indígena, sólo superada por el sistema implementado en el área andina. La economía doméstica y tribal de los aztecas ofrecía alimento, habitación, útiles de trabajo y vestido, cosas a las que el hombre debe en gran parte su posición dominante sobre la tierra.
El consejo central dividía la tierra entre los clanes, y los caciques de cada una de ellas distribuían las raciones a los jefes de familia quienes a su vez las distribuían justa y equitativamente entre la familia. Pero se reservaban zonas para el sostenimiento del jefe y el personal del templo, para los abastecimientos de guerra y pagos de tributo.
A la muerte de alguno de los encargados de la tierra, pasaba a manos de sus hijos, y si moría sin descendencia la propiedad volvía al clan para que se volviera a distribuir, también sucedía lo mismo si el propietario no plantaba nada en un período de dos años.
La tierra era muy fértil: hasta 4 cosechas al año, y la zona era muy rica porque la gente podía solamente depender de la caza y la pesca.