Juana I de Trastámara nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479 y murió el 12 de abril de 1555 en Tordesillas. Fue primero infanta de Castilla y Aragón. Tras su matrimonio archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña y Brabante y condesa de Flandes. Finalmente, reina de Castilla y de León, de Galicia, de Granada, de Sevilla, de Murcia, de Jaén, de Gibraltar, de las Islas Canarias y de las Indias Occidentales, de Navarra y de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Nápoles y Sicilia. Además otros títulos como condesa de Barcelona y señora de Vizcaya, títulos heredados tras la muerte de sus padres. Con lo cual unió definitivamente las coronas de Castilla y Aragón, a partir del 25 de enero de 1516, convirtiéndose así en la primera reina de España junto con su hijo Carlos I.
Contrajo matrimonio con Felipe el hermoso, hijo del Sacro Emperador Romano Germánico con quien tuvo seis hijos: Leonor, Carlos, Isabel, Fernando, María y Catalina. Su amor por Felipe la condujo a la locura.
Fue Reina de Castilla sólo en título. La voluntad de su madre, Isabel, era que fuera proclamada Reina de Castilla pero con regencia de su padre o su esposo. Tras la muerte de Felipe, Fernando tomó las riendas de Castilla y decidió encerrar a Juana en el monasterio de Tordesillas ya que su estado mental no le permitía gobernar. Su hijo Carlos decidió mantenerla también en el monasterio tras su subida al trono. Permaneció allí hasta su muerte en 1555 a los 76 años. Fue enterrada junto a su amado Felipe en la Catedral de Granada.
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