Las primeras sociedades sedentarias evolucionaron en asentamientos aldeanos durante todo el llamado Período Protoclásico, del cual no quedan vestigios pictóricos. Sin embargo, la culminación de este proceso se produce en el Protoclásico, que se distingue arqueológicamente po
r un aumento en la densidad de los asentamientos, una mayor complejidad en las formas arquitectónicas ceremoniales, en la ostentación de ofrendas mortuorias y en la decoración cerámica. En las tierras bajas se hacen presentes tipos cerámicos procedentes de las tierras altas de Guatemala y de El Salvador y parece haber también relaciones con Belice. Todo denota un aumento demográfico, un incremento del comercio y la consolidación de una antiguos, en el estilo de, en el corazón del Petén. (Coe et. al, 1965)
Se trata de cuatro personajes-aunque sólo se conocen los restos de tres- que estaban colocados en el muro exterior posterior de un pequeño edificio denominado 5D sub 10 1. Trazados en líneas negras de diferentes gruesos están en posición de pie, tienen varios adornos como orejeras, brazaletes y pulseras. Sólo en uno de ellos puede verse el rostro y parece llevar una máscara. Los rodea en ambos costados una especie de halo de anchas volutas en color rojo y sobre sus cabezas corre una banda de símbolos que parecen ser jeroglíficos también está delineada en negro y tiene algunos restos de pintura amarilla.
Otros restos de pintura rescatados de la tumba también del sitio de Tikal pertenecen a la misma época de los antes mencionados. Son igualmente personajes con abigarrados tocados a manera de volutas, que están de diversas posturas, algunos de ellos sentados de perfil a la manera oriental. El trazo es de carácter caligráfico, con líneas gruesas.
El hecho que de tanto en
templos como en tumbas aparezcan personajes de ricos atavíos con objetos rituales (máscaras) y asociados a símbolos jeroglíficos hace evidente el carácter religioso de la pintura de Prococlásico. Es una pintura asociada a prácticas rituales ejercidas por el grupo sacerdotal que se ve en ellas representado y que controla, ya en esta época, el conocimiento a través de la escritura y muy probablemente el cómputo calendárico como instrumento de poder. Los suntuosos ornamentos y ofrendas mortuorias a ellos asociados hablan ya de una apropiación por parte de este sector, del excedente de producción de la sociedad agrícola que controlaban, así como del comercio con las regiones circundantes.
Por otra parte, en el aspecto pictórico, estas pinturas denotan ya un estilo maduro, con cánones de representación iconográfica ya establecidos, mismos que perdurarán en la pintura maya, así como en la cerámica pintada y en los códices, a través del Período Clásico y algunos llegarán aun al Posclásico. Entre estos cánones están las proporciones naturalistas de la figura humana, el uso de línea de contorno de formas redondeadas, de superficies de colores planos y forma esquemática y estereotipada de representar a las figuras de perfil sentadas a la manera oriental.