Publicación de Las 95 Tesis y excomunión de Lutero

En enero de 1517, el dominico Joham Tetzel comenzó la venta de indulgencias en Alemania. Con una oratoria ominosa y mercantil, el monje aseguraba que en el momento de poner dinero en el cepo, los familiares del fiel salían volando del purgatorio, y por diversas sumas ofrecía la remisión plenaria de diversos pecados propios. Sin embargo, aunque era algo indignante, no era algo nuevo entre los vendedores de bulas. La proclamación de las mismas fue realizada por un acuerdo entre el arzobispo de Magdeburgo, Alberto de Brandeburgo, y el Papa León X. El objetivo oficial era costear las obras de la basílica de San Pedro en el Vaticano aunque el 50% sería para que el arzobispo pudiera pagar un préstamo concedido por la banca de Jacobo Fugger. Dicho préstamo fue solicitado por Alberto para poder costear los 24.000 florines de oro renanos que había tenido que pagar al Papado para obtener el arzobispado de Maguncia, que suponía también ser Primado de la Iglesia alemana y elector imperial, manteniendo sus otros dos cargos anteriores de arzobispo de Magdeburgo y de administrador del obispado de Halberstadt. Esta concentración de poder, este abuso eclesiástico, no tenía precedentes en la historia. Además, el Emperador Maximiliano logró llevarse del montante total de los beneficios de la venta de indulgencia unos 1.000 florines anuales.

La tradición cuenta que Lutero se indignó de tal forma por la prédica de Tetzel que escribió Las 95 Tesis para colgarlas en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg en octubre de 1517. No obstante, Febvre asegura que, justo un mes antes, Lutero había escrito Las Tesis de Gunther, que contenían el fondo de sus doctrinas con el fin de que fueran debatidas por teólogos de otras universidades. Por tanto la actividad de Tetzel fue un pretexto de Lutero para dar a conocer ideas escritas en una obra anterior. De hecho, era costumbre que los teólogos colgaran escritos en dicha puerta la víspera del Día de Todos los Santos para que fueran conocidas y respondidas por otros expertos. La obra fue sustraída por algunos seguidores , traducida del latín al alemán y profusamente difundida por todo el país. Su impacto fue notable y las ventas de indulgencias disminuyeron notablemente. La tesis central de la obra era que el Papa no tenía poder ni para perdonar todos los pecados de los hombres, ni para rescatar a las almas del Purgatorio.

Roma decidió que algunas de las Tesis eran heréticas, como ya había defendido Johannes von Eck, y Lutero tuvo que acudir a Augsburgo a entrevistarse con legado papal, el cardenal Vio Cayetano. Tras tres días, Lutero no se retractó y corrió a esconderse. Paralelamente, en octubre de 1518, Staupitz le dispensó del voto de obediencia para evitar entregarle a Roma y, aunque Lutero siguió vistiendo como un agustino y vinculado con la orden, lo cierto es que aquello suponía el fin de su vida como monje. Renunciará definitivamente a los votos en noviembre de 1521. Federico el Sabio, duque de Sajonia, intercedió por el profesor y se negó a detenerle. No obstante, Lutero siguió publicando escritos defendiendo sus tesis, como las Actas de Augsburgo. La respuesta del Vaticano fue conciliadora porque pretendía que Federico asumiera la corona imperial vacante tras la muerte de Maximiliano para así evitar que Carlos I o Francisco I de Francia tomaran la dignidad. Finalmente, gracias a la intercesión de su tía Margarita de Austria que le permitió obtener un sustancioso préstamo de los Fugger, Carlos consiguió sobornar a las dignidades suficientes para ser proclamado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico el 28 de julio de 1519. Paralelamente, los debates entre Eck y Lutero prosiguieron en Leipzig, en los que también intervino el teólogo reformador Andreas Karlstadt, aumentando en virulencia hasta que el primero decidió denunciar a Lutero por herejía en Roma.

El final de la cuestión de la sucesión imperial permitió al Vaticano volcarse en el asunto de Lutero mientras que el futuro reformador se radicalizaba cada día más ante los rumores de excomunión. Al tiempo, varios nobles y eclesiásticos alemanes apoyaron al profesor y afirmaron estar dispuestos a defenderlos con las armas. Ulrico de Hutten y Francisco de Sickingen se oponían al papado y a la injerencia del clero vaticano y defendían la independencia de Alemania. Lutero agradeció pero rechazó el ofrecimiento violento pero continuó con su ataque intelectual publicando sus obras más importantes en 1520: Sobre el Papado de Roma, A la nobleza cristiana de la nación alemana y De la libertad del cristiano y la cautividad babilónica de la Iglesia. La respuesta de León X se publicó en junio de ese año: la bula Exurge Domine condenaba las tesis de Lutero. Lutero reaccionó de forma violenta en su escrito Contra la bula execrable del Anticristo, donde arremetía contra Johann von Eck y la curia romana en primer lugar y, con más reservas, contra León X. Poco después, en diciembre de 1520, quemó públicamente la bula y otros textos canónicos frente a la iglesia de Wittenberg, al tiempo que clamaba por la convocatoria de un concilio general. 

Imagen: Obra Las 95 Tesis. Blog Venta de indulgencias: http://ventadeindulgencias.blogspot.com/2010/11/en-esta-imagen-el-autor-es-ver-como-95.html


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