A partir de la década de los 40 se hace más que evidente el declive físico del reformador. Ya en 1536, Lutero comenzó a sufrir achaques importantes en su salud. Durante una estancia en Esmalcalda su estado llegó a ser tan grave que sus compañeros tuvieron que trasladarlo con urgencia hacia Wittenberg, con el convencimiento de que el doctor moriría durante el trayecto. Tenía estreñimiento, vértigos, gota, piedras biliares y problemas de circulación. No obstante sobrevivió, pero en 1542 sus dolencias se habían agravado aún más. Entonces padecía una dolorosa infección de oído, congestiones pulmonares, fuertes migrañas y una llaga en su pierna que no cicatrizaba y que obligaba al reformador a caminar con la ayuda de un bastón. A todo esto había que añadir que años antes, en septiembre de 1520, había tenido que soportar junto con Katharina el doloroso golpe emocional que supuso la muerte de su hija Magdalena, de sólo trece años. Respecto al futuro de Alemania, Lutero se mostraba muy pesimista porque ni había conseguido desencadenar una reforma en la Iglesia vaticana, ni sus doctrinas habían mejorado la vida religiosa alemana. En lo político, el Doctor se hallaba sumamente preocupado por las disputas territoriales entre Juan Federico, elector de Sajonia, y el duque Mauricio, príncipe de la Sajonia no electoral. Sería este Mauricio el que llevaría a cabo la “traición” a la Liga de Esmalcalda al pasar a apoyar a Carlos V en la futura guerra, que por fortuna Lutero no llegaría a ver.
Por otro lado, pese a su maltrecha salud, el Doctor continuó escribiendo. En 1544 publicó su Confesión sobre el Santo Sacramento como respuesta a una obra de Gaspar Schwenckfeld, que defendía las doctrinas zwinglianas sobre el tema y que se estaban extendiendo por Alemania. De esta época destacan ciertos escritos claramente antisemitas, como Los Judíos y sus mentiras y Sobre Schem Amphoras. Por desgracia, el antisemitismo estaba muy extendido por Alemania y por toda Europa, especialmente en España, y Lutero no había sido inmune a ello. De esta época es también el escrito más duro que Lutero dedicó a Roma: Contra el papado fundado por el diablo, de 1545.
Dos meses antes de su muerte, Lutero se enteró de la convocatoria del Concilio de Trento, que comenzaría el 13 de diciembre de 1545. Pese a su anterior defensa de los sínodos, en esta época el reformador ya no confiaba en que un concilio pudiera solucionar la escisión de la Cristiandad y la necesidad de reformar la Iglesia. Pero, para entonces, Lutero ya estaba muy enfermo y la muerte le llegaría en una visita a Eisleben. El 15 de febrero de 1546 tuvo que acabar un sermón antes de tiempo porque se encontraba exhausto. El día 17 parecía haberse recuperado pero de madrugada volvió a quejarse de fuertes dolores en el pecho. Hacia las tres de la madrugada, rodeado por tres de sus hijos que lo habían acompañado y diversas personalidades de la ciudad, el reformador murió de una angina de pecho. Su cuerpo fue enterrado con honores al pie del púlpito de la iglesia del castillo de Wittenberg, en cuya puerta Lutero había colgado supuestamente Las 95 Tesis hacía menos de treinta años.
Imagen: Retrato de Martín Lutero. Página Biografías y Vidas: http://www.biografiasyvidas.com/monografia/lutero/