Los investigadores Joaquín Melgarejo y Borja Montaño señalan que el gasto energético es un componente “determinante” en los costes de la desalación
(Diario LaVerdad)
La Fundación Cajamar presentará a lo largo de la próxima semana su tercer número de su Cuaderno Interdisciplinar de Desarrollo Sostenible ‘Cuides’, un ejemplar gratuito que en esta edición incluye un estudio sobre la eficacia energética del trasvase Tajo-Segura elaborado por investigadores de la Universidad de Alicante quienes concluyen que, en términos energéticos, el agua del trasvase es más eficiente en costes que el agua desalada.
Según muestra la publicación, el consumo energético del trasvase Tajo-Segura no es homogéneo en los distintos destinos del agua, ya que dependiendo del punto al que haya que conducir el líquido hace falta más o menos energía, si bien fijaron que el coste energético medio del agua del trasvase es de 1,21 kilovatios a la hora por metro cúbico.
Por contra, los costes energéticos de la desalinización dependen del tipo de procesos que se empleen para desalinizar el agua así como otros factores como la antigüedad de la planta, el tamaño de la misma o la de la densidad del agua a tratar. En cualquier caso, según determina el estudio, los costes energéticos de la desalinización, que oscilan entre 3,8 y 4,2 kilovatios a la hora por metro cúbico, “muy superiores” a los derivados del trasvase.
Los investigadores Joaquín Melgarejo y Borja Montaño señalan que el gasto energético es un componente “determinante” en los costes de la desalación, ya que llegan a representar entre un 37 y un 43 por ciento de los costes totales, que computan como costes de amortización.
“No es eficiente una mayor utilización del agua desalinizada frente al agua del trasvase Tajo-Segura en términos energéticos, ya que el consumo energético, vinculado al coste económico, es mucho mayor en la desalación de agua del mar”, señalan los autores en sus conclusiones a la vez que recuerdan que el consumo energético deriva también en un mayor nivel de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
En este sentido, el daño ambiental que producen las emisiones de gases por cada metro cúbico de agua necesitaría de siete céntimos de euro cada uno como coste adicional para compensar la expulsión del dióxido de carbono.