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Juana la Loca

Juana la Loca

Juana la Loca

El 6 de noviembre de 1479 nació en Toledo la futura heredera de los reyes católicos, Juana, conocida con el sobrenombre de “la loca”. A la edad de 16 años fue destinada a casarse con el archiduque de Austria y duque de Borgoña, Felipe el Hermoso. La infanta doña Juana abandonó España para desposarse, pero en cuanto conoció a su prometido en Lier (Amberes) dispuso que se adelantara el matrimonio cuatro días antes llamando a un sacerdote de urgencia el 21 de agosto de 1496. Según cuentan algunos cronistas, el enlace se dispuso de tal forma con el fin de consumar su matrimonio esa misma noche ya que la infanta fue protagonista de un arrebato de amor desde el primer momento que vio a su futuro esposo.

De esta forma Juana profesaba por su marido una exagerada devoción y un amor lujurioso que quedaba acentuado aún más siendo Felipe un hombre frívolo, presuntuoso y mujeriego. Las infidelidades que le profesaba su marido llevaron a Juana a un bucle sentimental marcado por los celos que condicionaron su matrimonio. Según algunos escritos de la propia Juana, ésta compensaba las continuas infidelidades de su marido gracias a la consumación de la relación conyugal, lo que calmaba su exacerbado dolor muchas veces debido a su naturaleza pasional.

Poco tiempo después y a la vez que se le presentaba su primer embarazo,  era notable en Juana un desequilibrio mental que iba más allá de sus temibles celos s e influía de forma continua en su personalidad. De este primer embarazo nacería su primera hija Leonor y segundo hijo llamado Carlos, llegaría a ser el futuro heredero de la corona de España como Carlos I y V de Alemania. Por lo visto el nacimiento del príncipe heredero tuvo lugar cuando Juana participaba en una fiesta cortesana y sintiéndose mal acudió a un lugar apartado lugar que pudo ser una letrina del palacio. Juana tendrá su segunda y tercera hija llamada Isabel y María respectivamente y entre el nacimiento de ambas un segundo hijo de nombre Fernando.

Al parecer, los brotes esquizofrénicos se repetían conforme la infanta entraba en gestación y poco a poco su estado mental se fue deteriorando. De esta forma, cuando Juana no podía acompañar a su marido en sus continuos viajes por su situación de embarazo, sus celos y su inquietud personal aumentaban de manera desorbitante. En su sexto embarazo, Juana dejará atrás todas las prescripciones médicas y acompañará a su marido Felipe, el cual poseía una complicada enfermedad, en todos sus viajes. Los cronistas cuentan que Juana llegaba a tomarse la medicación de su marido para disuadirlo de la idea de que lo podían estar envenenando. Cuando don Felipe fallezca en 1506, dos años después de haber sido proclamado rey consorte, Juana sufrirá un agravamiento de su enfermedad llegando a prohibir que ninguna mujer velase su cadáver. Por otra parte la infanta, quién se había quedado embarazada nuevamente, no quería alumbrar un hijo que su difunto marido nunca llegaría a tener en sus brazos; finalmente tras una serie de complicaciones  llegará al mundo en su séptimo embarazo la infanta Catalina.

Juana morirá en 1509 en Tordesillas, lugar donde fue encerrada durante mucho tiempo en el palacio de dicha ciudad por “locura de amor”. Nunca sabremos si ese exagerado “amor” fue lo que la llevó a la locura o los trastornos mentales que le afectaron fueron los causantes de incitarle a ese exagerado “amor”. Su debilidad mental fue confundida también como una especie de “posesión del diablo” y fue castigada por la Inquisición debido a que su trastorno mental le impedía cumplir con sus deberes religiosos. Sus últimos días los pasó postrada a una cama.

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Isabel la Católica

Isabel la Católica.

Isabel la Católica (1475-1504) nació en Ávila el 22 de abril de 1451 como descendiente de Juan II de Trastámara e Isabel de Portugal. Desde pequeña estuvo al lado de su madre en el Castillo de Arévalo.  A la vez que Isabel cumplía los 16 años, tuvieron lugar una serie de hechos en su familia que llevaron a que Isabel tuviera que ocupar el tono de Castilla a la muerte de su hermano Enrique IV. Para convertirse en reina, Isabel fue destinada a casarse con su primo segundo Fernando de Aragón, el cual era además rey de Sicilia. Este enlace suponía la concepción de la nación española bajo los reinos de Castilla y Aragón.

El matrimonio entre los reyes católicos fue consumado ante jueces, regidores y caballeros, que como era costumbre en esa ápoca dieron fe de la virginidad de la esposa. Según algunos autores como Lucio Marineo Sículo,  a pesar ser este un matrimonio acordado, Isabel adoraba y amaba a su marido de tal manera que  se mostraba celosa por si él tenía ojos para otra  mujer; incluso se dice que llegó a despedir a las doncellas del reino que la importunaran en este sentido. Por ello, Isabel solía rodearse de damas de compañía de escasa belleza o con defectos físicos notables.

Según algunos cronistas Isabel era una mujer fuerte que no dejaba denotar dolor alguno e hizo gala de ello en su primer embarazo un año después de su matrimonio, del que nacerá la princesa Isabel.  En cambio, lo que sí que le importunaba era que el parto fuera presenciado por testigos y parece ser que ella misma pidió que se le tapara la cara con un velo para ocultar su sufrimiento y vergüenza. Otros escritos afirman el aborto de un hijo varón que Isabel sintió especialmente y pretendió ocultar a su marido Fernando. Tras ocho años sin concebir un hijo, Isabel realizó un peregrinaje a San Juan de Ortega que pudo dar sus frutos ya que Isabel engendró a su futuro heredero Juan, quién presentó notables debilidades de salud por las que Isabel mostró su preocupación. Finalmente será su posterior hija Juana la postulante al trono y tendrá otras dos hijas más: María y Catalina.

La reina  Isabel comenzó a ver resentida su salud y muchos postulan que se debió a los grandes sufrimientos que tuvo que vivir por la muerte de varios de sus hijos. En el año 1504 falleció a los 54 años de edad al parecer debido a síntomas febriles aunque algunos autores hablan de otro tipo de enfermedad mortal.

Isabel fue en definitiva una mujer femenina, que veló por el amor hacia su marido y sus hijos ya que ejerció su papel de madre con gran dignidad y acierto. Sin embargo Isabel era ante todo una reina que supo estar a la altura en todo momento y que profesó una gran fe religiosa. Incluso hoy en día nos resulta un tanto extraño pensar que una mujer pudiera tener tanto poder y protagonismo en la época moderna, dedicando su vida a la guerra y la justicia pero también a las artes y las ciencias a la vez que ejercía de puertas para adentro  de madre, esposa  mujer.

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¡Hola a tod@s!

¡Hola a tod@s! Para inaugurar este blog y antes de entrar en materia, quisiera dedicar esta primera entrada a comentar el objetivo que se pretende conseguir  y explicar a rasgos generales en que va a consistir su aportación.

El título del blog comprende un doble sentido. En primer lugar, las mujeres reales protagonistas de esta página serán algunas de las reinas, princesas, o mujeres reconocidas a lo largo de la Edad Moderna en España, como todos podemos suponer. Sin embargo, con este blog se quiere llegar un poco más allá y adentrarnos en la parte privada que posee cualquier  mujer  en cualquier época: lo que no conocemos o pasa más desapercibido, las curiosidades, sus vidas íntimas, o lo que simplemente queda escondido tras un rey, un marido o en definitiva un hombre. Por ello, analizaremos esa parte “real”  que poseemos todas las mujeres en cualquier época centrándolo en las mujeres modernas españolas de la realeza, sobre las cuales hablaremos no sólo de su rango social y de sus acciones más destacadas sino también de lo que por naturaleza fueron, MUJERES.

A lo largo de este pequeño recorrido espero que aprendáis alguna de las cosas que yo aprenderé y que os guste lo suficiente como para volver a visitarlo.

Un saludo.