(citado de http://es.wikipedia.org/wiki/Casita_del_Pr%C3%ADncipe_%28El_Pardo%29 y http://es.wikipedia.org/wiki/Quinta_del_Duque_del_Arco)
Alrededor de El Palacio Realm de El Pardo,se ha desarrollado un conjunto monumental, promovido por la monarquía española, en el que destacan los siguientes edificios:
La Casita del Príncipe es una de las residencias de la Familia Real Española. Es un palacete neoclásico de finales del siglo XVIII, que se encuentra en el barrio madrileño de El Pardo.El edificio está situado junto al Palacio Real de El Pardo, en el monte homónimo, una extensa área forestal vinculada históricamente con la monarquía española, que la utilizaba con fines cinegéticos. Fue erigido en 1784 como pabellón de caza, para uso de Carlos IV, por entonces príncipe de Asturias, por encargo de su padre, el rey Carlos III. Se debe al arquitecto madrileño Juan de Villanueva, quien ideó un diseño previamente ensayado en las Casitas de Arriba y de Abajo, de su misma autoría, levantadas en el Real Sitio de El Escorial.
Descripción
El palacete está construido en materiales de granito y ladrillo y se dispone en cinco cuerpos principales, en los que prevalece la horizontalidad sobre la verticalidad. Junto a la fachada principal se extienden unos jardines neoclásicos de trazado hipodámico, separados del edificio por una vía asfaltada realizada en el siglo XX.
En el interior, organizado en pequeñas salas, se guardan importantes colecciones de bordados y sedas, así como pinturas de Lucas Jordán, Anton Raphael Mengs y Francisco Bayeu, autor de los frescos de la bóveda del comedor (1788).
Durante el franquismo la construcción fue destinada a la vivienda del Jefe de la Casa Civil del General Franco dada su proximidad al Palacio del Pardo donde éste residia.
En los primeros años del siglo XXI se procedió a una rehabilitación. Después de dieciocho años cerrada, se reabrió al público en abril de 2009.
la Quinta del Duque del Arco (conocida también como Quinta de El Pardo) es un ejemplo de las casas de campo que algunos aristócratas de los siglos XVII y XVIII utilizaban para retirarse a las afueras de Madrid.
Se encuentra en el Monte de El Pardo, a pocos kilómetros del pueblo del mismo nombre, dentro del término municipal de Madrid.
Historia
El Palacio de la Quinta tuvo su origen en la Quinta de Valrodrigo, una casa de labor que compró el Duque del Arco, don Alonso Manrique de Lara (íntimo cortesano, Montero Mayor de Felipe V y Alcaide de El Pardo) en 1717. Construyó una casa cuyas trazas recordaban al Palacio de la Zarzuela, del arquitecto Gómez de Mora. A la muerte del Duque en 1745, la Duquesa donó la propiedad a los reyes Felipe V e Isabel de Farnesio, quienes la incorporaron al Real Sitio de El Pardo.
El golpe de estado de Francisco Franco sorprendía el 17 de Julio de 1936 al presidente del Estado, Manuel Azaña, en la Quinta del Pardo, donde residía. Por motivos de seguridad se trasladó al Palacio de Oriente tras la noticia.[1] Más tarde, durante la Guerra Civil española, en el palacio estuvo alojada la Quinta División del Ejército de la República (mandada por el comandante Palacios). Por lo cual fue objetivo frecuente de los obuses de las tropas Nacionales de la Casa de Campo.
En el año 1974 se celebraban en la Quinta las audiencias del entonces príncipe don Juan Carlos.
Desde 1994 y gracias a los esfuerzos del Servicio de Jardines, Parques y Montes del Patrimonio Nacional, en colaboración con la Escuela Taller de Jardinería y Medio Ambiente de El Pardo, se está tratando de recuperar este auténtico tesoro de entorno natural.
Descripción
Jardines de la Quinta del Duque del Arco.
Exterior
Los jardines, que son lo más importante en la Quinta, fueron diseñados por el francés Glaude Truchet hacia 1726, y responden al mismo gusto formal que el de La Granja de San Ildefonso. Los jardines de más de 10.000 m2 se componen de cuatro grandes terrazas con rasgos españoles e italianos, esculturas y estanque. Grandes coníferas llaman poderosamente la atención.
Interior
El Palacio tiene una superficie en planta de 920 metros cuadrados, distribuidos en 15 estancias, siendo la mayor de ellas de unos 110 m2 aproximadamente. Consta de una planta noble en la que se ubican los salones y zonas de recepción. La decoración de las paredes está realizada a base de papeles pintados, adquiridos en Francia en el siglo XIX. Dispone de un sótano inferior para su utilización por el personal de servicio y de una buhardilla que ocupa toda la planta alta, para los mismos fines. Son apreciables también el mobiliario, las pinturas y las alfombras de la época de Fernando VII e Isabel II.