Cuestión de Flandes y problema Carranza: intervención de Pío V

El Papa Pío V encomendó una misión al obispo de Ascoli lo que provocó la indignación de Felipe II que se sintió agraviado.

El obispo de Ascoli hizo dos sugerencias a Felipe II. La primera tenía que ver con la cuestión de Flandes, el Papa sugería al rey de que manera tenía que “afrontar, a su juicio, la cuestión de Flandes”. Y la segunda tenía que ver con la cuestión del proceso del arzobispo Carranza para la que le sugería que Roma se encargue de este asunto para siempre.

Esta última sugerencia ponía de relieve que Roma “no confiaba en la justicia de la Inquisición española”. Además, con estas dos sugerencias se puede notar que “la suprema jerarquía católica” no estaba de acuerdo con el proceder del Rey de España y que se distanciaba de el.

En efecto, para el Papa era imperativo que Felipe II vaya a los Países Bajos para “tratar de aquietar, con moderación, aquellos ánimos tan exaltados”. En pocas palabras, se oponía totalmente a lo que había decidido Felipe II en el Consejo de Estado de octubre de 1566. De hecho, Felipe II se sintió agraviado ya que Pío V se oponía a él abiertamente, ante toda la Cristiandad. Y Felipe II no vaciló en dar cuentas de su cólera al Papa por medio de su embajador en Roma.


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