La manifestación más visible del Renacimiento se encuentra en el arte y la arquitectura, pero esta nueva época trajo consigo cambios a todos los niveles de la sociedad.
Fue el desarrollo de la economía, el comercio y las grandes fortunas las que se convirtieron en el móvil fundamental del cambio, junto con las nuevas teorías humanistas, que situaban al hombre en el centro del universo. Gracias a ello se reconoce la propiedad privada, mientras que en la Edad Media la riqueza se sostenía por la tierra en la Época Moderna toda la importancia la tenía el dinero, se comerciaba con él. Todo ello generó una emancipación de gran parte de la sociedad, ya que se acaba con las ataduras y servidumbres impuestas en la Edad Feudal (relaciones de vasallaje).
Los cambios económicos se produjeron, principalmente, por los excedentes obtenidos de una alta producción. Ésto, unido al fin de los controles feudales, permitió que dichos excedentes se pudieran dedicar al comercio internacional.
Surgieron nuevos núcleos urbanos o “burgos”, donde una nueva clase social se hizo con el favor de los reyes, los Burgueses. Estaba compuesta por comerciantes y artesanos y no solo obtuvieron ese apoyo real, sino la exención de tributos señoriales. Así en sus ciudades fueron haciéndose cada vez más poderosos, empezaron a tener intervención directa sobre la política, desplazando a los terratenientes nobles. Todo ello dió comienzo a las rivalidades entre ambos grupos sociales.
Este mercantilismo y las nuevas estructuras económicas se observan claramente en la sociedad renacentista. La gente de esta época vestía muy recargada, lucían joyas, vivían en casas acomodadas, realizaban gran cantidad de fiestas, banquetes, tertulias, recreos, etc. También se observa como se relajan con respecto a algunas costumbres, los rígidos preceptos de la Iglesia se debilitan, lo que se ve reflejado en el comportamiento de la nueva sociedad del Renacimiento.
Así, la nobleza, instalada en lujosos palacios de las grandes ciudades, encabezan esta nueva estructura social, seguidos por la alta burguesía, familias que habían amasado grandes fortunas gracias al comercio y las finanzas. En último quedan entonces las masas populares, que siguen manteniendo una situación semejante a los siglos anteriores, a pesar de que se abolen las servidumbres feudales, no mejora apenas su calidad de vida.
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