Maximiliano de Austria, sobrino de Carlos V, primogénito de don Fernando y Ana de Bohemia, llega a Castilla en el estío de 1548 y contrae nupcias con doña María, siendo designados regentes ante la inmediata ausencia de don Felipe, que debe partir para Alemania y los Países Bajos, a requerimiento del emperador.
Los hermanos de la prometida ofician de padrino y madrina en la solemnidad que tuvo como remate con el paso del tiempo, pese a la querencia masculina hacia los placeres que le proporcionaban otras compañeras de tálamo, la nada despreciable cifra de dieciséis descendientes.
El futuro Felipe II se ausenta de Valladolid el 2 de octubre de 1548 para un viaje que se dilatará hasta 1551. El infante queda al amparo de los gobernantes, aunque en último extremo será doña Juana quién se ocupe y responsabilice del sucesor de la Corona, con el apoyo de los criados de su casa.