Antes de partir para consumar su boda, consciente de que su hijo tiene ya la edad adecuada para estrenar su formación, don Felipe le organiza casa propia, eligiendo como ayo, mayordomo mayor y soumillier de corps a Antonio de Rojas, señor de Villerías de Campos, que ya se ocupaba de tales funciones, y como gentilhombres de cámara a los condes de Lerma y Gelves, al marqués de Tavara y a Luis Portocarrero.
Desde La Coruña, el 3 de julio de 1554, escribe a Honorato Juan, escogiéndole como maestro y alentándole para que trabaje con su eficiencia acostumbrada al objeto de lograr que su primogénito sea aprovechado en virtud y letras. En idéntica fecha destina a Juan de Muñatones, predicador de Carlos V, para que desempeñe tareas de enseñanza que le serán definidas en su momento. Este fragile llevaba ya tiempo a las órdenes de Antonio de Rojas.
No deja de llamar la atención que estas disposiciones se cumplan por la inminencia del viaje, de forma epistolar y evidentes prisas, cuando pudieron ser aprobadas con toda cautela en cualquier coyuntura más favorable para la reflexión y la adecuada configuración de un programa que abarcase la necesaria preparación.