Lo que pasó durante los Reyes Católicos
Desde el año 1492, los reyes habían fomentado las conversiones al cristianismo. La presión de la sociedad cristiana, en este y otros terrenos, llevó a muchos mudéjares a formas de resistencia pasiva como la huida al norte de África que buscaba conservar el mayor número de usos y actividades religiosas y culturales propias.
Pero en 1499 y 1501 se produjo un cambio sustancial en las relaciones entre la sociedad cristiana y el Islam granadino. Las campañas iniciadas a finales de 1499 por Cisneros para la conversión forzosa en Granada desencadenó primero la sublevación de los mudéjares del Albaicín en diciembre de 1499 y después, de otras zonas del antiguo reino nazarí con las Alpujarras en enero de 1500, la sierra de Filabres y Nijar en octubre de 1500 y la serranía de Ronda en enero de 1501.
Clima de tensión
La tensión acumulada durante los años posteriores a la conquista hizo que la protesta de carácter social y fiscal se sumara al rechazo de las conversiones impuestas por Cisneros. Por ejemplo, los sublevados alpujarreños de Andarax iniciaron sus acciones saqueando la casa del arrendador de las rentas y quemando sus libros. La represión militar de las revueltas, en la que intervino personalmente el Rey Católico, fue paralela a las conversiones masivas de carácter forzoso de los mudéjares a la religión cristiana. Los bautismos se produjeron en un clima de gran tensión que los reyes trataron de amainar con una política de capitulaciones, en que se pactaba el paso de las comunidades musulmanas al cristianismo y también, con la concesión de mercedes y cargos más precisamente, concejiles, para integrar a las elites mudéjares en la sociedad cristiana.
Conclusión sobre los Reyes Católicos
Los poderes de la sociedad cristiana, la Corona, la Iglesia y la Inquisición eran conscientes de que la conversión según se decía “oficial” no lo era realmente, y a partir de 1502 pusieron en marchas medios e instrumentos para hacer verdaderas y sinceras estas conversiones a la fe de Cristo. Se establecieron misiones evangelizadores específicas, organización de una red de iglesias parroquiales etc…
La política religiosa: la creación del Tribunal del Santo Oficio (Inquisición)
Su creacion: Isabel y Fernando, por motivos religiosos, encaminaron el regalismo, con ayuda de Cisneros, hacia la mejora de la cultura y la disciplina del clero. Con la autorización del pontífice Sixto IV en 1478 se creó el Tribunal de la Inquisición, identificado con el cristianismo, poniendo en fin a la tolerancia de siglos anteriores con las minorías de mudéjares y judíos. El Tribunal de la Inquisición fue creado en este contexto de malestar para evitar falsas conversiones y controlar a los conversos sospechosos. Muchos decidieron convertirse a la religión cristiana para ocupar cargos en las oligarquías municipales, comerciar con mayor facilidad y mantener un nivel de vida superior al de la media de los habitantes del reino. Los conversos suscitaron el recelo de las poblaciones urbanas provocando conflictos del tipo de quema aljamas, persecuciones y abusos.
Su meta: El Tribunal de la Inquisición fue creado en este contexto de malestar para evitar falsas conversiones y controlar a los conversos sospechosos. Entre los métodos inquisitoriales estaba la admisión de delaciones, el empleo de la tortura para obtener confesiones de los sospechosos, el destierro, la ejecución de la condena en plazas públicas o la confiscación de bienes.
La política religiosa
Con los moriscos del antiguo reino de Granada fray Hernando de Talavera intentó una política de captación consistente en respetar las tradiciones y cristianizarlos lentamente tal como se había establecido en los pactos de rendición, pero Cisneros decidió romper con la tradición musulmana obligándoles a bautizarse o a abandonar el país (se convirtieron más o menos unos trescientos mil); esta rígida vigilancia provocó la sublevación de 1500-1502.
Unos acuerdos establecidos
Los acuerdos de 1491 que solucionaban el porvenir del antiguo emirato de Granada habían garantizado a los musulmanes la libertad de practicar su cultura. Los Reyes Católicos esperaban que acabaran por convertirse pero no tenían la intención de forzarles; contaban con el apostolado del primer arzobispo, fray Hernando de Talavera, para usar medios pacíficos. Pero los musulmanes se rebelan y un sirve al soberano como pretexto para anular los acuerdos de 1491. En 1502 todos los musulmanes de la Corona de Castilla están obligados a convertirse.
La llegada de Carlos I
Carlos I se estrenó en Castilla con una violenta crisis política. Llegaba el nieto de los Reyes Católicos, acompañado de un cortejo de flamencos rapaces, sin saber una palabra de castellano ni conocer las costumbres y las leyes de sus súbditos. Al poco tiempo, los modos autoritarios traídos de Flandes y el poder de los extranjeros despertaron el aletargado espíritu conspirador de los nobles. Las ciudades castellanas, con Toledo a la cabeza, se sublevan contra el monarca, a quien ven más interesado en conquistar el título imperial que en atender los problemas internos de la península. Descabezados los comuneros en Villalar (1521) y el movimiento equivalente, las germanías, en Valencia, los reinos españoles se pacificarían al precio de sus libertades y el incuestionable sometimiento al rey.
La obsesión del emperador Carlos V fue articular la unidad política, de la cristiandad, bajo una monarquía universal por él gobernada. Este sueño le llevó a defender la fe católica en una Europa sacudida por la herejía de Lucero y el poderoso empuje de los modernos estados.
Unos años más tarde…
Lejos de los frentes de Europa, las tierras de la península disfrutan de un periodo de paz, interrumpido solamente por las sublevaciones de Granada y Aragón. Desde la desaparición del reino nazarí y los bautizos en masa del cardenal Cisneros, la convivencia entre los herederos del islam y los cristianos viejos no resultó fácil. La tolerancia auspiciada por Carlos I se hizo añicos cuando a las sospechas de Felipe II sobre la lealtad de sus súbditos moriscos durante la guerra contra el turco se unieron los intentos de asimilación cultural por la fuerza: prohibición de la lengua, y costumbres árabes. El problema se enquistó definitivamente, interrumpiendo con violencia en la rebelión de las Alpujarras, sofocada a sangre y fuego por don Juan de Austria en 1571.
Los intentos a la conversion
Ha de recordar que antes de que Felipe II tome el poder, los monarcas que gobernaron antes intentaron iniciar la asimilación, pero nadie lo logro realmente a pesar de los intentos. Efectivamente, en 1502 los Reyes Católicos forzaron en Castilla, a los musulmanes a convertirse o bien exiliarse y luego, Carlos I en 1526 hizo lo mismo para los musulmanes esta vez de la Corona de Aragón.
Pero, las conversiones masivas no provoco la supresión del culto islámico ya que seguían con sus costumbres, sus prácticas, sus fiestas tradicionales, hablando árabe etc.… así que de forma general continuaron a formar una comunidad aparte a los cristianos.
La llegada de Felipe II al poder
El monarca Felipe II a su turno intento resolver el problema de los moriscos tras la rebelión de la Alpujarra pero desgraciadamente fracasó por motivos religiosos, culturales y también políticos. En la época de Felipe II, los moriscos formaban un grupo social compacto, prospero y creciente en número; contaban con su propia clase dirigente; y su economía se basaba en el comercio sedero con Italia.
Cuando Felipe II gobernaba en la península existía varias comunidades moriscas como el Reino de Aragón, el Reino de Valencia, el Reino de Granada y las dos Castillas (estos fueron los grandes reinos en los que habían un número importante de moriscos).
Decisiones de Felipe II
Durante el reino de Felipe II, este mismo tomó decisiones importantes con la aparición en particular de una nueva ley en la que los moriscos tenían que aprender el idioma de la península es decir el castellano (en un plazo máximo de unos 3 años), se les prohibieron escribir o hablar en su lengua en público es decir en árabe, debían dejar sus costumbres y rituales, no tenían que llevar vestido al estilo morisco por ejemplo.