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Novela griega, TICs y Humanidades

Ya lo dije en otra ocasión en que tocaba hacer balance del curso: me gusta conducir. Últimamente además hago el trayecto a la UA de mediodía animado con Carne Cruda, aunque lo que más me pone, definitivamente, es  saber que voy a encontrarme alumnos motivados.

Este cuatrimestre me ha encantado practicar con los alumnos iniciados en Filología los rudimentos de la lengua griega. A tod@s nos ha sabido a poco. Muy gratificante ha sido también trabajar, una vez más, con los alumnos de Humanidades. A esta carrera, para la que no existen salidas profesionales específicas, se acercan personas de edades y formación diversa, pero con una misma inquietud cultural que poco sabe de leyes de mercado y productividad. Hoy más que nunca su vocación humanista tiene un gran valor, a mi modo de ver, y esto me hace ser  aún más consciente de mi responsabilidad docente.

Mi primer objetivo es siempre acercarnos al mensaje que nos han legado los autores griegos de la Antigüedad para comprobar la asombrosa continuidad y la comunidad de problemas y actitudes de antaño con los de nuestros días. Pero, si tenemos en cuenta que el ser humano no es solo conocimiento y memoria, sino también sentimientos, parece que junto a los contenidos académicos  también se haya de prestar atención a las cualidades y habilidades humanas necesarias no sólo para la formación académica que permita encontrar un trabajo, sino también para ser felices. Entre ellas la tolerancia y la aceptación de las opiniones de los demás, el valor del esfuerzo y el espíritu de superación o la compasión en su sentido prometeico.

En esta formación integral de la persona, en esa no especialización que han de recibir los alumnos que cursan Humanidades, las nuevas tecnologías son una herramienta muy útil. Por ello nuestro modelo pedagógico ha sido esta vez el del llamado Humanismo Tecnológico, el cual según J.L. Molinuevo, postula que entre tecnología y humanismo se ha de lograr “una interrelación que justifique el progreso de la sociedad junto a su característica básica: el carácter humanitario de la persona.”