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Y después de Keynes , ¿Qué?

Tras haber, durante veinte años, entonado el himno de la escuela liberal de Chicago y de sus “social killers”, los medios celebran hoy el regreso de Keynes. De una crisis a otra, algunas de sus constataciones desengañadas siguen siendo, en efecto, de una turbadora actualidad: “El dacadente capitalismo internacional, pero individualista, en manos del cual nos hemos encontrado tras la guerra, no es un éxito. No es inteligente, ni bello, ni justo, ni virtuoso, y no cumple sus promesas. En definitiva, nos disgusta y empezamos a despreciarlo. Pero cuando nos preguntamos por qué reemplazarlo, nos quedamos tremendamente perplejos”.

Daniel Bensaïd.

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General

Deseo y demanda sin límites según Smith

Smith no llegó a conocer el fenómeno de la sobreproducción ni las crisis nacidas de la sobreproducción. Conocía únicamente las crisis crediticias y monetarias, que el sistema crediticio y bancario lleva por sí mismo aparejadas. En realidad, Smith veía en la acumulación del capital un aumento indiscutible de la riqueza nacional y del bienestar general. Por otro lado, concebía el desarrollo del mercado interior hacia el mercado exterior, colonial y mundial como prueba de una sobreproducción, por así decir, relativa (en sí) en el mercado interior.

¿Es que no hay pueblos que exportan productos agrícolas? ¡Como si, a pesar de la naaturaleza, no se pudiera invertir en la agricultura todo el capital posible para producir, en Inglaterra por ejemplo, melones, higos, uvas, flores, aves, caza, etc. (véase, por ejemplo, el capital que los romanos invirtieron solamente en piscicultura)! ¡Y como si las materias primas para la industria no se produjeran por medio del capital agrícola! La naturaleza no ha puesto límite alguno a la magnitud del capital que puede emplearse para producir “las cosas agradables y bellas de la vida”. ¡Como si la naturaleza tuviera algo que ver con esto!

Karl Marx, La crisis del capitalismo.

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Política-economía.

De los beneficios del capital

En este capítulo Adam Smith relata fielmente lo que debe hacer todo rico si quiere ganar dinero.

En toda sociedad en progreso, se dan unos condicionantes de cara al trabajo. Ellos son el aumento de las demandas sociales y del salario. Cuando esto se produce, cuando el salario aumenta, irremedeiablemente conlleva a una disminución del beneficio por parte del empresario, o como él los llama, de los ricos.

Pero, aparece un factor nuevo, la proliferación de nuevos ricos e inversores en un determinado sector de la producción. Cuando esto aparece, también conlleva a la disminución de los beneficios del capital, producido por la propia competencia. Es en esto último, donde principalmente se contradice, ya que en uno de sus primeros capítulos apostaba por la competencia como auge del crecimiento económico.

Pero los beneficios varían según el lugar donde esté invertido el capital. Estos son los casos del campo y de las ciudades. En las ciudades los inversores generalmente no pueden encontrar el número de trabajadores cualificados que desean, por eso compiten con otros inversores y como consecuencia, los salarios aumentan, haciendo que bajen los beneficios. Por el contrario en el mundo rural se da al revés; en los pueblos y las zonas más pobres de los países, donde no existe un capital necesario para dar empleo a toda la población, es ésta quien compite para asegurarse el trabajo, haciendo que se reduzcan los salarios y con ello aumenten los beneficios.

En esto podemos establecer un paralelismo con la época actual, ya que los movimientos migratorios inflan el mercado laboral, haciendo que los salarios y las condiciones laborales bajen para todos los trabajadores. Es una injusticia, porque con ello sigue siendo una minoría la que se enriquece y explota a la mayor parte de la población. Si tan solo repartieran una pequeña parte de sus beneficios en crear más puestos de trabajo o en aumentar salarios, las consecuencias de las crisis económica que ellos mismos han generado, se reducirían a la mitad.