El poder ha seducido a los hombres desde los tiempos más remotos. Su concepción y su práctica ha sido heterogénea a través de la historia de la civilización. Nicolás Maquiavelo -Niccolo Macchiavelli- nació en Florencia el 3 de mayo de 1469 y murió en la misma ciudad en 1527. Thomas Hobbes nació en Inglaterra en 1588 y murió en el 1679. Ambos fueron, sin dudas, exponentes de esta problemática.
El Príncipe, es un esfuerzo de comprensión histórica por parte de Maquiavelo sobre las realidades políticas de la Italia del siglo XV. Su tiempo histórico es real y corresponde al proceso de tránsito de la Europa medieval a los tiempos modernos, sobre cuyas bases surgió posteriormente el modelo capitalista de organización de la economía.
Esos cambios económicos tuvieron consecuencias políticas y sociales profundas. Por primera vez desde la caída del imperio romano, Europa tenía una clase de hombres que poseían dinero y espíritu de empresa. Esa clase era enemiga de la nobleza. Esta nueva clase no podía aspirar a dominar el parlamento frente a la influencia de la nobleza; por ello estaba dispuesta a subordinar las instituciones representativas a la monarquía.
Hobbes, en tanto, escribió su libro en 1649-1650, inmediatamente después de la guerra civil inglesa, que había terminado en 1649 no sólo con la ejecución del rey sino con la abolición de la propia institución de la monarquía (luego restaurada). Para cualquier súbdito de la corona inglesa en esos años, tal vez la pregunta más importante era si el nuevo gobierno podía ser legítimamente obedecido. ¿Tenía derecho a mandar? ¿O debía el pueblo inglés adoptar la perspectiva de que, muerto el rey Carlos, el único detentor legítimo de la soberanía debía ser su hijo, su sucesor por derecho divino y legal?
Hobbes presenta un argumento simple y desafiante: sostiene que las bases y los límites de la obediencia política residen en la capacidad del Estado para protegernos. Si efectivamente somos protegidos, entonces estamos obligados a obedecer; si el Estado falla en su obligación de protección, entonces dejamos de tener el deber de obedecer.
Así pues, la filosofía de Hobbes era un plan encaminado a asimilar la psicología y la política a las ciencias exactas ya que toda la ciencia del siglo XVII se encontraba bajo el hechizo de la geometría. Hobbes se basa en su método, es decir, no dar nada por supuesto e ir de lo más simple a lo más complejo.
La diferencia entre Maquiavelo y Hobbes es que el primero no convirtió nunca su creencia en el legislador omnipotente en una teoría general del absolutismo político como lo hizo posteriormente Hobbes. Empalmó su admiración al déspota y hacia el pueblo libre que se gobierna a sí mismo como teorías de fundación de un Estado y su conservación. La conservación de éste, a diferencia de su fundación, depende de sus leyes ya que estas son la fuente de todas las virtudes cívicas de sus ciudadanos.