A pesar de todo, un día esta mediocridad también será nostalgia. (…)
En el futuro usted se llevará una gran sorpresa al comprobar que en medio de este pequeño estercolero fue incluso feliz. Para que esta miseria adquiera una desvanecida luz romántica, color tortilla, sólo se necesita estar un poco peor, ventaja que nadie nos podrá arrebatar al cabo de los años. Cuando usted sea un viejo sentado en una silla de plástico frente a una pared de cemento, en ella descubrirá en la penumbra ciertas sombras chinescas del pasado y la ternura de esta época le llenará el corazón.
En el siglo próximo alguien contará una bella historia. Hubo un tiempo, hacia 1984…
Está usted viviendo estos residuos de oro. Aprovéchese. Mañana nuestra mediocridad sólo será nostalgia.
Manuel Vicent, Humo, El País, 21 de febrero de 1984.