«Así se revelan los acontecimientos con la perspectiva del tiempo. Nuestras historias de amor y las de desafectos, las decisiones profesionales, los encuentros y las despedidas. En el momento en que ocurren, nos parecen de una tonalidad bien definida: a veces tristeza, otras alivio, otras alegría o euforia. Con el tiempo, los colores se mezclan y las emociones se confunden. Aquella pérdida fue sufrimiento y desgracia, pero nos permitió descubrir nuevas ternuras. ¿Quién sabe si la victoria de hoy no se convertirá en tormento mañana?»
Alberto Sicilia, Ni bueno, ni malo, sino real, Principia Marsupia.