«Mantenerse ocupado, febrilmente ocupado, es uno de sus antídotos contra la enfermedad de la melancolía desatada…» (257) Fernando Marías, Todo el amor y casi toda la muerte.
«Todo es nada, todo es a lo sumo tiempo que fluye». Fernando Marías, Todo el amor y casi toda la muerte.
«Lo sublime se desmorona con puntualidad cuando lo humano recupera su esencia.» (204) Fernando Marías, Todo el amor y casi toda la muerte.
«…es verdad que no ha nacido el ser humano que sepa retener los tesoros que en el camino de la vida encuentra» Fernando Marías, Todo el amor y casi toda la muerte.
«Y olvidamos casi siempre que las vidas de las personas no son sólo eso: cada trayectoria se compone también de nuestras pérdidas y nuestros desperdicios, de nuestras omisiones y nuestros deseos incumplidos, de lo que una vez dejamos de lado o no elegimos o no alcanzamos, de las numerosas posibiliades que en su mayoría no llegaron a realizarse –todas
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