La práctica de la atención a la respiración consiste en tratar de mantener la máxima calidad de atención, con una actitud de apertura y curiosidad en cada inspiración y en cada exhalación. No hay que hacer absolutamente nada para que la respiración sea de una u otra forma, se trata simplemente de observar los efectos de la respiración y las sensaciones que produce al entrar y salir del cuerpo.