En la actualidad, nuestros hábitos de vida nos llevan a encender la luz, cuando deberíamos estar en oscuridad, a comer cuando deberíamos permanecer en ayuno y a trabajar cuando deberíamos estar durmiendo. Todo ello genera cronodisrupción, lo que favorece las alteraciones del sueño y nos hace más proclives al desarrollo de numerosas enfermedades como diabetes, depresión, cáncer, alteraciones de memoria e inmunodepresión, entre otras.
Por tanto, entender el papel de nuestros cuatro tiempos y tratar de mantener su sincronización es de gran importancia para el mantenimiento de nuestra salud y bienestar físico y emocional.