La Imprenta

La imprenta, en su origen, fue un invento chino, aunque no aprovecharon todo el potencial que tenía. Fue en Europa, de la mano de Gutenberg (ca. 1398-1468), cuando fue descubierta y donde tuvo las repercusiones que se podían esperar, tanto a nivel tecnológico como didáctico.

La imprenta no solo fue una mejora en cuanto a la distribución de ejemplares impresos, sino a la difusión de los pensamientos que en ellos se expresaban, abaratando los costes para la adquisición de ejemplares, lo cual hacía que llegasen a más gente, siendo, entre 1450-1500, más de 30.000 títulos publicados con más de 15 millones de ejemplares, pasando, ya en el siglo XVI, a una producción de entre 150.000-200.000 títulos con más de 150 millones de ejemplares.

La utilización y la adquisición de imprentas fue extendiéndose por toda Europa, donde en un principio solo se encontraban en Maguncia y Estrasburgo, en 1455, pasando a ser más ciudades ya en 1500. Venecia es uno de los centros más importantes en cuanto a producción a principios del siglo XVI, seguida por París y Lyon. Hay datos que muestran que había imprentas hasta en Polonia. Esta expansión no imagescesa a lo largo del siglo XVI, llegando incluso a América.

El oficio de impresor se vuelve, con frecuencia, en hereditario, lo que le da un estatus privilegiado, porque, generalmente, eran humanistas cultos, donde sus talleres se convierten en centros de reunión, reflexión y de trabajo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *