En este Post hablaremos sobre otra de las caras del bullying, la violencia producida en centros educativos hacia profesores.
Según el informe presentado por la CSI-CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios), uno de cada diez profesores de secundaria ha sufrido alguna vez agresiones físicas y siete de cada diez, ataques verbales. Según este estudio dichas agresiones se producen sobre todo por parte de alumnos de entre 12 y 16 años.
Este tipo de situaciones ha pasado factura al profesorado que declara haber alterado su vida tanto en el trabajo como en casa. Muchos de ellos declaran sentirse desmotivados para acudir a su trabajo e incluso algunos sienten miedo al entrar en las aulas.
Lo que está claro es que los profesores somos los más desfavorecidos en este tipo de situaciones, ya que los agresores en este caso son simplemente niños, pero muchos de ellos son conscientes y saben lo que hacen. Pero ¿qué podemos hacer si perdemos toda la autoridad frente a los niños?
La gran mayoría del profesorado encuestado pide la concesión de autoridad, es decir, que se aplique algún tipo de sistema como el que ya funciona en Finlandia, país en el que agredir a un profesor se considera como agredir a un policía.
En estos últimos años hemos pasado de un extremo al otro. Hubo un tiempo en el que a los profesores se les permitía castigar a los alumnos mediante algún tipo de varazo o azote y ahora no se nos permite ni levantar la mano a un alumno y además tenemos que soportar este tipo de agresiones por su parte.
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video extraido de www.youtube.com
3 replies on “La otra cara del Bullying”
Hoy en día, estamos hartos de ver en las noticias un día sí y otro también todo tipo de agresiones (físicas o psicológicas)a profesores por parte de los alumnos o incluso de padres, lo que quizás es aún más grave, puesto que se deja entrever la educación que le están dando a sus hijos, y probablemente la causa de sus actos. Los profesores no tienen ningún tipo de protección ni garantía frente a este tipo de agresiones violentas, ya que la famosa Ley del Menor, aunque ha sido modificada, les sigue protegiendo a estos alumnos violentos. Si el maestro se defendiese y el menor denunciase no solo le tendría que pagar la indemnización correspondiente por daños y perjuicios, sino que además perdería su puesto de funcionario, ya que en su estatuto está tipificado como causa muy grave.
Cuando un profesor es víctima de una agresión, se le culpa por sistema de la agresión sufrida en lugar de tomar con los alumno las medidas oportunas dentro y fuera del sistema educativo para que tal cosa no se repita.
En nuestra opinión con la Ley del menor se le están dando muchos derechos y pocos deberes a los alumnos. Hemos pasado del miedo a la falta de respeto.