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Economía

La significación de su obra

Adam Smith escribe La riqueza de las naciones (1776) en una época de profundos cambios económicos, los cuales se están manifestando en Inglaterra antes que en ningún otro lugar. Los artesanos han dejado de ser quienes ofrecen directamente al público sus propias mercancías y han pasado a ser meros productores. Ha surgido una nueva clase social cuyos miembros proporcionan a los trabajadores el material, el local y hasta la maquinaria necesaria para fabricar los productos que luego el patrón sacará al mercado. El artesano se convierte así en un mero asalariado, y el control absoluto de la industria pasa  a estos nuevos hombres de negocios. Nos hallamos, en efecto, en los albores de la Revolución Industrial, y esta nueva clase social en ascendencia es la burguesía.

Con esta obra, Smith crea una nueva doctrina económica que quiere dar respuesta a una nueva realidad socio-económica que acaba de nacer: el capitalismo. Y a su vez, la puesta en práctica por los políticos del programa por él propuesto dará el empuje definitivo a la nueva clase social dominante, la burguesía.

Smith observa el notable incremento en la producción de bienes y su comercialización (nacional e intrnacional) en la Inglaterra de mediados del XVIII y el consiguiente crecimiento económico del país, que lo ha colocado a la cabeza de Europa. Entonces se pregunta cómo Inglaterra ha conseguido incrementar de tal manera su riqueza, lo cual le lleva a preguntarse, como ya habían hecho muchos otros, cuál es la fuente de la riqueza de una nación.

La novedad del análisis de Smith reside en que, siendo él profesor de Filosofía Moral, no se limite como habían hecho hasta ahora todos los filósofos a construir un sistema abstracto e ideal fruto únicamente de sus especulaciones. Él va más allá y parte de la observación y análisis de la realidad que le rodea, así como de la realidad del pasado, para extraer de ella una teoría que pueda ser llevada a la práctica con el único objetivo hacer crecer la riqueza de una nación y la prosperidad de sus habitantes, puesto que, para él, la verdadera riqueza es aquélla de la que se benefician la mayoría de los hombres, no sólo unos pocos. Esta nueva teoría no es otra que el liberalismo económico.

Con él nace la Economía como disciplina metódica. Hasta entonces habían sido muchos quienes habían reflexionado y escrito sobre asuntos económicos, pero se trataba en la mayoría de los casos de comerciantes de profesión. Adam Smith, en cambio, aporta material político, histórico y hasta sociológico en este trabajo. Con todo ello y su gran capacidad de análisis y de síntesis explica qué factores son los que determinan el progreso económico basándose en dos conceptos que son la base de todo el sistema: la división del trabajo y el libre mercado. Hecho esto, propone las políticas más adecuadas para el crecimiento de la riqueza nacional, construyendo un programa político que aún hoy es defendido por muchos como el más idóneo.