Los fenómenos del racismo, la xenofobia y la intolerancia, se han convertido en un autentico motivo de preocupación para todas las sociedades democráticas y para los ciudadanos, que vemos amenazados los valores y principios que sostienen la convivencia pacífica y tenemos que presenciar día a día la violencia desatada contra los más débiles, la persecución de las minorías, la marginación de grupos, etnias y personas que no se ajustan a los patrones establecidos.
Los centros educativos y la educación que se imparte en ellos no pueden quedar al margen de este problema, ya que es éste un lugar idóneo para combatir y prevenir este tipo de actitudes que atentan a la dignidad de las personas y transmitir valores tales como la igualdad y la tolerancia que constituyen los cimientos de los pilares sobre los cuales se sostiene la educación de nuestra sociedad.
A lo largo de toda nuestra vida, en el colegio, en los parques, en la sociedad, hemos observado en numerosas ocasiones actitudes racistas hacia personas que por el simple hecho de ser de otro color de piel son tratadas de diferente forma, discriminadas e incluso humilladas. Y muchas veces dejamos que esto suceda como si nada en lugar de denunciar en voz alta estas actitudes. Creo que está en manos de todos y debemos de ayudar a acabar con el racismo de una vez por todas.
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