Paisaje

Mentor interactivo, Océano; ISBN: 844940911X; pag.974-975.

El zoom del que antes hablábamos ahora se acerca de nuevo mostrándonos aquello particular, captando los mil y un matices, Sea en parte para reivindicar el espacio en decadencia, o para recordar su niñez, el ecosistema de la marjal se convierte de la mano de Michavila en un abanico de variantes y plasticidades, donde la gran cantidad de posibilidades pictóricas confluyen en un número elevado de obras de gran belleza. La degradación que sufría y sufre la Albufera,  la casa negra, en tantas ocasiones reivindicada, resulta un elemento rompedor en respecto a la clásica pintura paisajística, lo utiliza para reivindicar el espacio en decadencia,  para recordar su niñez, o  el ecosistema. Durante los años en que la Albufera fue protagonista de sus obras queda patente la evolución, que partiendo de unos primeros ensayos oscuros y parcos de la mano de la penumbra del atardecer, sorprende por la progresiva potencialización de la belleza. No dejando de lado los elementos iniciales, paredes negras, sedimentos, redes o cañaverales, son los colores los que se ven sustituidos, los ocres, marrones y dorados de los inicios son sustituidos por azules saturados en un intimismo poético que reconsideraba el paisaje valenciano.


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