Entrevista en el Diario Información con motivo del 9 de Octubre: la crisis del modelo valenciano
1- ¿Qué es la Comunidad Valenciana hoy por hoy?
Que se me formule esta pregunta tras 33 años del Estatuto de autonomía ya es muy significativo. Tengo más claro lo que no es.
2- Se habla mucho del deterioro que ha sufrido la imagen de la Comunidad en los últimos años. ¿En qué hemos fallado?
En tres factores importantes. La corrupción ha deteriorado la imagen de todos los políticos. Corrupción que además ha llevado aparejadas derroches y carencias en la eficiencia de la gestión pública. No creo que aporte nada nuevo.
Un segundo elemento la falta de estrategia y posicionamiento económico de la Comunidad Valenciana hacia el futuro. No hay ningún rumbo en los últimos años. Sólo victimismo financiero y mucha improvisación. También, una falta de imaginación y de capacidad para conectar con los sectores de presente y futuro. Analfabetismo digital y atrincheramiento analógico. Una gestión devorada por el día a día. No es un tema baladí. Tras el grave error de apostar únicamente por el monocultivo inmobiliario que arrastró dos cajas de ahorros líderes en España y nos deparó una crisis diferencialmente más fuerte, no ha habido iniciativas ilusionantes y acordes con el masivo desempleo juvenil y el imprescindible viraje hacia los sectores de futuro. 30 años después seguimos siendo precarios y los campeones de la economía sumergida.
El tercer elemento la falta de vertebración territorial, tanto estratégicamente en el Arco del Mediterráneo como interna, especialmente hacia el sur. Un tema de vital importancia para que nuestra comunidad pueda desarrollar todo su potencial económico e internacional.
3- ¿Qué puede diferenciar este 9 d’Octubre de otros anteriores?
Ha habido un cambio político tras 20 años de gobierno de un único partido. Pero me gustaría vislumbrar detrás de este cambio las políticas de alcance que nuestra Comunidad precisa. No veo indicios todavía, aunque quizás sea muy pronto. Ojalá se acierte.
4- Uno de los rasgos que diferencian a esta Comunidad es su diversidad. Sin embargo, ¿cómo puede casar eso con la vertebración que tanto se reivindica?
La diversidad económica o territorial no es un problema, es una ventaja. Relacionado con esto yo hablaría abiertamente de dos problemas importantes: centralismo y asincronía. Castellón o L´Horta son estructura macrocefálicas y así se han concebido en las políticas de inversiones de los últimos 40 años. Millonarias inversiones para hacer valer una ciudad que fuera referente con Madrid y Barcelona. Este tipo de políticas cuando son tan sesgadas solo se ven en España y algunos países emergentes. En los países avanzados en cambio se impulsan ecosistemas de innovación en el territorio y se apuesta decididamente por la tecnología.
En la provincia de Alicante se cambia de criterio y se ha querido ver y se ha considerado una estructura y estrategia comarcal. En principio esto podría verse por una ventaja sino fuera por el intento de debilitar una capitalidad ya de por sí muy mermada funcionalmente, escaso desarrollo terciario avanzado empresarial y con una consecuencia importante: la existencia en las últimas décadas de un agravio comparativo bastante notable desde el punto de vista inversor hacia Alicante respecto a Valencia. Esto quedó patente en los últimos planes estratégicos, incluso en el impulsado por la misma Generalitat. Pero lo más asombroso es la propia fragmentación e incluso resignación de Alicante para reivindicarse.
5- ¿Pueden acabar extrapolándose aquí episodios como los que se están viviendo en Cataluña?
Creo que a todas luces nuestra realidad económica y social hoy por hoy es muy distinta. Es más, algunas orientaciones de nuestro nacionalismo de izquierdas son excesivamente simplistas y me temo que generan un potencial granero de votos para la oposición.
6- Más allá de los errores políticos de los que tanto se habla, ¿qué razones de fondo hay en la política española para acabar como hemos acabado?
Tampoco digo nada nuevo: endogamia política y falta de renovación, pero también falta de madurez y de beligerancia en la sociedad para luchar contra la corrupción y la ineficiencia.
Parece como si en muchos puestos de responsabilidad política se confirmara el principio de Peter, ya que está quedando demostrado que sus titulares nunca deberían haber alcanzado tales responsabilidades. Es frecuente que el abuso de recursos mediáticos y de imagen con los que se traten de paliar carencias muy notables confundan a amplios sectores de la población.
Por otro lado la lucha contra la corrupción requiere menos populismo y más eficacia. Endogamia, hastío y populismo es una fórmula no muy recomendable para cualquier sociedad.
7- ¿Cómo afecta el centralismo que tanto se defiende desde Madrid?
Vuelvo a reiterar la falta de imaginación. Que la estrategia centralista de Madrid se reivindique con las Olimpiadas y la “cup de café con leche en plaza mayor” es obviamente digno del mejor humor español. Más de 15 años de retraso con respecto a Barcelona, y tratando de explotar la gallina de los huevos de oro de las infraestructuras y el turismo.
Mejor hubiera sido, o sería, que Madrid compitiera con Dublín en la atracción de empresas tecnológicas o con Miami creando un “hub” empresarial para Europa relacionado con los mercados de América Latina. O con Irlanda entera como centro de formación avanzada en nuevas tecnologías. Llevamos 20 años de analfabetismo estratégico digital.
La radiocentridad infraestructural de Madrid (AVE, Aeropuerto…) se ha ido convirtiendo así en una desventaja para el resto del territorio español ya que no se generan nuevas oportunidades sino que se resta mercado tradicional en sectores maduros con presencia en resto del territorio español. Hasta Benidorm podría verlo con recelo.
Diría que en Madrid no hay centralismo, hay algo peor, miopía. En los últimos años Madrid no ha mirado suficientemente al mundo y no se ha “medido” con las ciudades más innovadoras; al final ha quedado rezagada en innovación y modelo económico respecto a Barcelona o incluso respecto a otros espacios con menor rango urbano como Bilbao y el País Vasco, fuertemente comprometidos con la innovación… . Es más, en tecnologías aplicadas a las ciudades Madrid está por debajo de Santander, Málaga, Barcelona e incluso nuestro ¡¡Alfaz del Pi!!.
8- Cuestiones como el modelo de financiación autonómico y, más concretamente, la infrafinanciación que desde hace tiempo se reivindica desde el Consell no ayuda mucho en un contexto como el actual…
¿Y de haber conseguido más financiación dónde habría ido? ¿a la innovación, a una educación competitiva o a proyectos ruinosos? Aún asumiendo el agravio de la financiación de la CV lo más clamoroso ha sido la falta de eficiencia y prospectiva de la inversión valenciana en los últimos 20 años. Si lo que se hubiera invertido en Terra Mítica o la Ciudad de la Luz se hubiera invertido en otro modelo educativo, tendríamos las mejores universidades de Europa; más ingresos y visitantes con residencia de nueve meses de los que quizás hubiera podido generar la Ciudad de la Luz en más de cien años. O no digamos si hubiéramos invertido inteligentemente en la sanidad o “wellness”, uno de los sectores con más potencial competitivo que tenemos hoy en día, pese a la falta de políticas de apoyo. Tendríamos mucha más fuerza para reivindicar si no destacara sobremanera el derroche e ineficiencia del gasto que hemos venido arrastrando en los últimos años.
9- ¿Por qué el Arco Mediterráneo no ha acabado de cuajar? ¿Hay alguna posibilidad de que a corto o medio plazo pueda desempeñar algún papel relevante?
Por el Norte la Comunidad Valenciana lleva 20 años dando la espalda a Cataluña no sólo culturalmente. La propia Comunidad Valenciana estaba más preocupada de los eventos y grandes infraestructuras en la capital del Turia que en vertebrar un eje propiamente dicho. Cataluña ha optado por un “aislamiento”. Con la excepción del auge del Puerto de Valencia o el Parque Industrial de Elche el monocultivo inmobiliario sesgó la terciarización, la diversificación industrial, o la apuesta por sectores de futuro. Esto ha empobrecido el Arco.
Ha habido escasas iniciativas visionarias como por ejemplo el Instituto de Nanotecnología aplicada a la construcción que quedaron en poco al concurrir la crisis. El Arco necesita “ecosistemas de innovación”, mucha tecnología de futuro, todo esto ligado a nuestro potencial de mercado y al tejido económico. Han sobrado ocurrencias aisladas tipo ciudad de la luz o la fastuosa e insostenible Ciudad de las Artes y las Ciencias, otro intento capitalino de explotar la gallina de los huevos de oro del turismo.
El Arco Mediterráneo es uno de los espacios potenciales más atractivos de Europa con una base económica desarrollada relevante capaz de generar ecosistemas de innovación en sectores de futuro si se dieran el resto de las condiciones para ello. No es un tema fácil hoy en día, pero más viable de los que algunos políticos han estado dispuestos a comprender.
10- ¿Cómo puede llegar a integrarse de facto Cataluña en España?
Aparte de la vías políticas de las que no soy experto, creo que las iniciativas económicas son cruciales en este tema. Lo que ha movido que la UE supere diferencias y distancias enormes de todo tipo ha sido la economía.
Una mayor integración económica entre Cataluña y el resto de España es vital. Por ejemplo, si Madrid fuera un “hub” relevante (como lo es por ejemplo Miami) para América Latina, Cataluña seguiría la estela. La vitalidad del Arco Mediterráneo y en particular la Comunidad Valenciana deberían absolutamente claves. Un gobierno Central inteligente y la propia Unión Europea deberían verlo así.
11- ¿Qué papel puede jugar ahí la Comunidad Valenciana? ¿Podría el Gobierno valenciano llegar a mediar entre Cataluña y España?
No sé si se puede hablar de mediación. Se trataría más bien, como he dicho, de propiciar una mayor integración económica. Es un contrasentido hoy pensar en separarse en un contexto europeo donde cada vez nos integramos más globalmente. A no ser que se piense en la vía andorrana o suiza.
Claro que el modelo actual no funciona. Como he dicho Madrid carece de liderazgo a la hora de fijar los grandes objetivos nacionales a los que aludía Ortega hace más de 80 años, y las comunidades hacen políticas aplicables a compartimentos aislados. Madrid concibe además una política territorial radiocéntrica donde todo pasa y acaba en su área metropolitana.
El mercado ha dado muchas señales a Madrid y a nuestro país de que el espacio español con mayores ventajas competitivas en el Arco Mediterráneo. Ni Madrid, ni las Comunidades Autónomas que lo conforman lo han potenciado, sino todo lo contrario, Barcelona ha tratado de que su espacio fuera “estación término”. Hoy tenemos un eje sin vertebrar en el que las diferentes partes compiten entre si, en vez de un proyecto estructurado, sólido y ambicioso que destaque en Europa y en el mundo.
La prueba más palpable es que aparte de la suma de macrocefalias regionales, actualmente hay una débil conexión entre las diferentes comunidades, con bastantes espacios al ralentí. Madrid tendría que haber condicionado fondos de uso compartido para proyectos comunes que fortalecieran este eje mediterráneo como centro de atracción de sectores de futuro. Hoy hay poco más allá de un espacio turístico que además compite en gran medida entre sí.
12- ¿Cómo pueden conciliarse en pleno siglo XXI globalización y nacionalismo?
Esta pregunta es clave. Pero tiene una muy difícil respuesta. El nacionalismo está unido a la identidad, la cultura y los sentimientos. Y la globalización a la racionalidad y a un progreso económico no exento de limitaciones y carencias. Pero el caso es que no se conoce ninguna alternativa relevante real a la globalización que funcione actualmente.
Con la sociedad del conocimiento y la economía digital los avances tecnológicos venideros propiciarán disrupciones aún más fuertes, tanto en las empresas como en la sociedad en general. En este escenario el aislamiento no es nada aconsejable. La partida mayor se juega y se jugará con mayor virulencia en las áreas que definen los grandes jugadores. Cabe influir desde dentro de los mismos, pero no aislarse. La conclusión al respecto es clara, desde las instituciones y la política deben diseñarse fórmulas que concilien a largo plazo ambos postulados.
Existe el riesgo de que el populismo y la improvisación de vías ocurrentes nos lleven a situaciones muy complicadas.
13- ¿Qué trascendencia tienen para la economía los nacionalismos?
Hoy por hoy son una perturbación importante. Las inversiones, las empresas, los mercados necesitan y exigen estabilidad para materializar innovación, crecimiento y generación de empleo. No somos suficientemente conscientes de que la economía española, catalana y valenciana sigue siendo bastante delicada.
Sería extraordinario si se pudiera conciliar estabilidad económica y desarrollo de las identidades nacionales. Hacen falta políticos serios pero con imaginación y con altura de miras.
14- ¿Sería factible económicamente una secesión?
Si fuera pactada y consensuada y se tuviera como objetivo minimizar los impactos negativos quizás fuera factible, no sé si recomendable. Lo que no parece muy coherente ni prudente, al margen de otras cuestiones legales o políticas, es una decisión unilateral que lleve consigo incertidumbres tales como la relación actual Cataluña-España, el futuro de los servicios básicos, el deterioro de las cuentas financieras, la salida o permanencia en la UE o del mismo euro.
El que se haya planteado es ya un indicador de la muy preocupante calidad de la clase política tanto en Madrid como en Cataluña.
15- ¿Cómo podrían vivir los catalanes e incluso en un momento dado los valencianos sin España?
No me gusta la ciencia ficción en el ámbito de la economía. Crear empresas y buenos empleos estables y cualificados para nuestros jóvenes en el escenario de los próximos 30 años no será nada fácil. En el marco de la globalización un territorio como el de la Comunidad Valenciana o Cataluña es hoy es económicamente “más pequeño”, precario y vulnerable que Andorra hace 30 años. Si alguna vez el desarrollo de la identidad de Cataluña o de la Comunidad Valenciana pasara por independizarse parcial o totalmente sería muy recomendable que se hiciera con total consenso.
Estoy contestando estas preguntas desde Irlanda. Todas las rotulaciones están en irlandés y en inglés, hay un fuerte sentimiento nacionalista (especialmente frente al Reino Unido), pero jamás el pueblo irlandés ha estado tan convencido de las ventajas de su integración en Europa, y de la globalización. Incluso de sus relaciones con el Reino Unido. Y sobretodo, en la educación prima la lengua inglesa, la hibridación y la formación en sectores de futuro, especialmente en economía digital, su nacionalismo no daña su apuesta por el futuro.
16- ¿Qué debe aprender la Comunidad Valenciana de Cataluña?
Creo que muchas cosas. La primera a no aislarse. A mi juicio sería muy inteligente que la Comunidad Valenciana y el Estado fueran el motor del Arco Mediterráneo.
La segunda es que si en una sociedad como la de Cataluña hay una brecha en el sentimiento nacionalista de más del 50%, en la Comunidad Valenciana esta brecha sería más profunda y radicalizada por la conformación territorial y social de nuestro espacio.
Dicho esto, de Barcelona y Cataluña se pueden aprenden muchas cosas. Barcelona es una ciudad que ha generado en los últimos 40 años muchas políticas y proyectos innovadores más allá de las grandes transformaciones en materia de infraestructuras.
17- ¿Y en qué debe marcar distancia e incluso diferenciarse?
Creo que ya ha quedado contestado en la pregunta anterior.
18- ¿Hacia dónde debe caminar ahora una Comunidad como la valenciana?
Hacia el futuro. No hay futuro sin esperanza e ilusión para nuestros hijos. Hay que ser capaces de construir objetivos ilusionantes. Puede que no haya cuantiosos fondos para construir “terras míticas” u otros faustos, pero debería haber voluntad e imaginación para transformar y mejorar radicalmente la educación. A mi juicio es el tema de mayor trascendencia, estamos inmersos en una revolución educativa global.
Sin consenso, ni políticas de Estado los cambios del modelo educativo han sido partidistas, superfluos y carentes de estrategia de futuro. Desarrollamos capacidades pero no una educación competitiva y que ponga foco en la empleabilidad. La retención, atracción y desarrollo del talento no es una opción en la sociedad del futuro con cambios fuertemente disruptivos. Con o sin fondos, de no llevarse esta transformación educativa ni la cohesión territorial, ni la social, se verán en modo alguno favorecidas.
Empieza a haber una brecha educativa importante en España quizás no suficientemente perceptible pero real. Sin ir más lejos, en Alicante conviven centros educativos tan dispares como el Colegio Europeo con métodos educativos avanzados, donde los alumnos acaban dominando cuatro o cinco idiomas, con opciones a ingresar en las mejores universidades europeas. Y en la educación superior, escuelas de negocios en Valencia que propician el sistema LEINN, uno de los más exitosos en emprendimiento y empleabilidad. Frente a esto nos reafirmamos en un modelo que fue importante en la transición política de hace 40 años, pero que actualmente nos sitúa en las antípodas de lo que los jóvenes necesitan hoy en día para sobrevivir.
La mejor forma de celebrar el 9 de octubre sería asumir un compromiso colectivo para modernizar la calidad y competitividad nuestro sistema educativo, obsesionarnos con la empleabilidad y la competitividad de nuestros jóvenes.
Entrevista original: http://www.diarioinformacion.com/especiales/9-doctubre/2015/10/existe-riesgo-populismo-lleve-situaciones-complicadas-n822_1_24039.html