TOSCANO, Tobia R. La Literatura en Nápoles en la Época Aragonesa. En: La Biblioteca Real de Nápoles. En tiempos de la dinastía Aragonesa.[CD-ROM]. Valencia: Generalitat Valenciana ,1999 . ISBN 84-482-2110-9.
La creación de la Biblioteca de Nápoles no se debe a un hecho casual o una idea repentina del monarca Alfonso V sino que desde muy temprana edad el interés del entonces infante por la compra de libros es evidente. A los 17 años hace el primer inventario de sus bienes entre los que destaca su pequeña colección principesca de 24 libros sobre todo obras de historia. Su pasión por los libros aumentó con el paso de los años y en 1413 le pide a su tía la reina Blanca de Sicilia una Biblia en francés. En 1417, su pequeña biblioteca palatina cuenta ya con 61 libros; entre estos títulos figuran varios textos en francés, catalán, castellano e inglés. El infante convertido ya en rey sigue muy interesado en la adquisición de manuscritos y la elaboración de códices y tras la derrota de Ponza es enviado como prisionero de guerra a Milán donde entra es tratado como un invitado de honor y entra en contacto con Filippo Maria Visconti, señor de Milán, y queda impactado por la biblioteca que este ha construido en Pavia que es la más importante de las bibliotecas señoriales en el reino de Italia. El contacto del monarca con una de las bibliotecas más importantes de toda Europa acrecienta sus ambiciones bibliófitas. Tras llegar a un pacto con Filippo, Alfonso abandona Milán rumbo a Gaeta, ciudad conquistada por uno de suss hermanos, y alli se rodea de un círculo de humanistas que se convertirán en sus mejores asesores , uno de ellos destaca especialmente Antonio de Bologna quien se encargara de la educación del infante Ferrante. En 1442 , Alfonso el Magnánimo conquista Nápoles y diez años después para conmemorar su victoria ofrece a la ciudad una obra majestuosa y duradera el arco del triunfo hecho de mármol de carrara situado en la entrada del Castel Nuovo donde comop ríncipe humanista interesado por las letras organiza su biblioteca en el interior de este castillo como símbolo del esplendor de las letras en Nápoles.
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