GÓMEZ MUNTANÉ, Maricarmen. San Miguel de los Reyes y la capilla musical de don Fernando de Aragón, Duque de Calabria (1488-1550). En: San Miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a la Biblioteca de Valencia. 2ª Ed. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. p. 91-111. ISBN: 84-482-2875-8.
Ya desde sus comienzos, el monarca Alfonso V tuvo al servicio de su capilla un gran número de cantores y organistas que se hacían cargo de interpretar el repertorio polifónico de aquellos servicios litúrgicos en los que se les requiriese, tanto en el ámbito privado como en los actos oficiales. Hacia el año 1450, ninguna capilla en Italia podía alcanzar el esplendor musical que ésta poseía, pero a pesar de ello, no existe ni un códice musical que se pueda asegurar su pertenencia a esta capilla. Fue a partir del reinado de su hijo Ferrante cuando comenzamos a encontrar libros de música.
Años más tarde, con el nombramiento del virreinato de los Duques de Calabria, apareció en Valencia una capilla que pasó a ser una de las mejor dotadas musicalmente de toda España. La información de quienes formaron parte de la capilla de los Duques entre 1546 y 1550 la encontramos en sus nóminas (esta información se encuentra detallada en el capítulo de referencia en forma de tabla).
Como ya sabemos, tras la muerte de Fernando de Aragón, toda su colección fue trasladada a San Miguel de los Reyes. El inventario reseña un total de 830 volúmenes que provienen tanto de su biblioteca privada (formada en gran parte por los volúmenes de Alfonso el Magnánimo) como de los libros que se encontraban en la capilla. Entre estas obras se encuentran un buen número de libros de canto llano y de polifonía (de nuevo detallados en una tabla de forma muy amplia).
Además de todos estos libros, el Duque cedió al monasterio varios instrumentos musicales que le pertenecieron, entre ellos vihuelas, laúdes, timbales y tres órganos. Estos últimos debieron haber sido piezas de gran calidad, incluso uno de ellos lo podría haber heredado de su abuelo, el rey Ferrante, hijo de Alfonso el Magnánimo.
En cuanto al destino de los libros de música que se encontraban en el monasterio, existen diferentes conjeturas, entre ellas que fueron destruidos durante la desamortización de Mendizábal, aunque es probable que muchos de ellos se conserven ocultos en manos privadas.
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