Cuando una publicación es anticlerical, hasta las catástrofes tienen su doble lectura (Por cierto, momento paradoja: Acabo de escuchar en Hoy por Hoy -Cadena SER- una frase sobre el Titanic: “Ni Dios puede hundirlo”)
Para la Iglesia todo son ganancias.
Son tantos los funerales que, a consecuencia del naufragio del Titanic se tienen que hacer en Nueva York, que no pudiendo dar abasto los curas de allí, ha habido necesidad de trasladar a contrarreloj un buen número de Europa.
Campana de Gracia, 27-4-1912