Quería dedicar un artículo a un elemento muy típico de las ciudades actuales de España. Cuando visitamos esas ciudades solemos echar un vistazo a las plazas reales. La de Valladolid llevo un nuevo estilo.
Como ya lo dijimos en el articulo sobre Valladolid, la ciudad fue tocada por un incendio grave en el 21, 22 y 23 de septiembre de 1561, destruyendo 440 casas. La plaza acogió tiendas provisionales para la gente.
El día 24, el consejo decidió solicitar la ayuda del rey Felipe II para la redificación de la zona. Luis de Ossorio, el corregidor de la ciudad, entrego la solicitud al rey en mano. El proyecto de reconstrucción y el estudio previo fue dado a Francisco de Salamanca. En este estudio, se moldea la idea de una gran plaza ordenada con gremios, oficios y servicios.
Reciben en octubre una Real Cédula (orden del rey) de Felipe II por la que solicita un informe técnico y en la cual se detallan una serie de premisas para llevar a cabo el proyecto (obligación de un sistema de calles rectilíneas, una nueva traza urbana…).
El arquitecto, Francisco de Salamanca, presentó el proyecto definitivo al monarca después de varios contactos, y fue aprobado con unas modificaciones.
Francisco de Salamanca propone una concepción moderna del urbanismo, la plaza se articula como eje y elemento definitorio del espacio urbano a partir del cual parte un sistema de calles rectilíneas. La Plaza Mayor de Valladolid es la primera plaza mayor regular del país, cerrada y con soportales, (espacio destinado a ser utilizado como mercado y como escenario de las celebraciones públicas, tan apreciadas por la monarquía de los Habsburgo)
Este proyecto de Valladolid se extendió durante el siglo XVII en España (Madrid y Salamanca) y en Sudamérica y hasta Italia.