«Ten el teléfono abierto». En aquel momento, Gádor Ongil no se dio cuenta de que con esta frase Esperanza Aguirre le estaba mandando un mensaje. «Fue el 20 de junio. La presidenta acababa de tomar posesión de su cargo y todos sabíamos que esa tarde formaría Gobierno pero pensé que eso se lo decía a todo el mundo. Yo le respondí ‘como siempre, como siempre’, y un par de horas después me citó en su despacho de la Puerta del Sol y me ofreció la Consejería de Familia y Asuntos Sociales. No dudé».
– Ya ha cumplido cien días como consejera. ¿Pesa el cargo?
– Llevo doce años en política, en los que he trabajado de concejala en el Ayuntamiento de Torrelodones y en la Asamblea de Madrid como diputada, pero el salto que ha supuesto para mí entrar en el Gobierno regional es muy importante. Sí, es una responsabilidad. También un orgullo. Estoy enormemente agradecida a la presidenta, Esperanza Aguirre, por haber contado conmigo para este puesto.
– La anterior consejera, Beatriz Elorriaga, dejó el listón alto ¿Qué hará usted para mantenerlo?
– La anterior consejera hizo una gran labor. Puso en marcha una consejería nueva, bajo su mandato se construyeron 12.000 plazas para mayores, hizo un gran trabajo con las personas con discapacidad y creó la Dirección General de Familia que muy pocas comunidades autónomas tienen. Fue una de las grandes decisiones de la presidenta Esperanza Aguirre y para mí va a ser el objetivo principal de mi gestión.
– Pero parece que la familia ahora no está muy de moda…
– Ha estado denostada durante mucho tiempo. En casi cuatro años de legislatura, Rodríguez Zapatero no se ha dirigido en ningún momento a ella. Yo creo en la familia, porque es el eje fundamental de la sociedad. Cuando alguien tiene un problema es la familia la que está ahí y da cobijo a sus miembros. Queremos que se sienta protegida y ayudada. Entendemos que todas las personas a las que nosotros nos dirigimos, que son el menor, el mayor, el discapacitado o la persona dependiente, como mejor están es con sus familias. Y cuando éstas no puedan llegar a atenderles por las razones que sea, ahí estará la Consejería de Familia y Asuntos Sociales para ayudar en todo lo que podamos.
– Acaban de presentarse los Presupuestos regionales para el próximo año ¿Está contenta con lo que le ha tocado a su Consejería?
– Por supuesto, es una de las que más crece, un 8,4 por ciento, con 1.170 millones de euros. Esto responde a la importancia que la presidenta, Esperanza Aguirre, le da a los servicios sociales. Además, no es una cuestión de competir. Sanidad y Educación son las que más reciben también por esa apuesta del Gobierno regional por las políticas sociales.
– ¿Qué es lo primero que hará con esa partida?
– Dentro del objetivo prioritario de ayudar y apoyar a la familia, el Gobierno va a destinar a la dependencia más de 790 millones de euros para atender a personas con discapacidad y mayores. Además, prestaremos especial atención también a los mayores activos, que tienen una larga vida por delante después de su jubilación. Pretendemos ofrecerles diversas posibilidades para que puedan desarrollar actividades dirigidas al mantenimiento físico o a la cultura para que sigan activos, como la universidad para mayores, rutas culturales o el cine por un euro, que esperamos extender a lo largo de esta legislatura al teatro.
– La Ley de Dependencia fue aprobada por consenso ¿Qué problema hay ahora para que no se haya aplicado en Madrid?
– No puedo decir más que es una buena ley, que además el PP la apoyó en el Congreso de los Diputados. El problema es que su desarrollo está siendo un absoluto caos. El Ministerio pide a cada comunidad autónoma algo diferente. Este Gobierno lo único que ha hecho ha sido colgarse la medalla de la Ley y después decir: comunidades autónomas, ahora se arreglan ustedes. Por ejemplo, aún no nos han dicho qué va a pasar con el copago, es decir lo que van a tener que pagar los ciudadanos por las prestaciones que contempla la Ley de Dependencia. Creo que esto hará que tengamos ciudadanos de primera y de segunda, en función de dónde vivan.
– El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, ha amenazado a la Comunidad de Madrid con que se puede quedar sin dotación económica «porque no está haciendo nada para aplicar la Ley de Dependencia»…
– Me parecen indignantes tanto las últimas declaraciones del ministro Jesús Caldera, como las del propio presidente José Luis Rodríguez-Zapatero. Creo que alguien con responsabilidad de Gobierno no puede mentir ni criticar a una comunidad autónoma como la nuestra, donde estamos yendo muy por delante de la Ley de Dependencia desde hace muchos años.
– Les ha acusado también de negar la aplicación de la Ley de Dependencia a los madrileños y de bloquear su entrada en vigor en la Comunidad ¿Qué hay de cierto en esto?
– Mucho antes del 1 de enero de 2007, fecha en la que entró en vigor la Ley, esta comunidad ya estaba atendiendo a los dependientes. Además, no sólo a los grandes dependientes, que son los que contempla la ley para 2007, sino a todos los que necesitan ayuda y a las familias que los atienden. Me parece una falta absoluta de responsabilidad acusarnos de negar ayudas a las personas dependientes. Desde la Comunidad de Madrid ni boicoteamos, ni paralizamos, ni somos desleales con el Gobierno. Lo importante son las personas y nos dedicamos a atenderles. Quiero mandar un mensaje de tranquilidad a los madrileños, porque ellos saben que esta Consejería siempre les va a atender como se merecen.
– Sin embargo aún no han llegado a un acuerdo con el Gobierno ¿Cuál es la solución para que la Ley de Dependencia entre en vigor en Madrid?
– Dice que nos vamos a quedar sin presupuesto porque no hacemos nada y desde hace un mes, que me reuní con la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, Amparo Valcarce, el Gobierno tiene un convenio encima de la mesa que yo le presenté. Todavía estoy esperando a que me llame o me convoque. Yo no sé si es que hay una falta absoluta de comunicación entre el ministro, el propio Presidente y la secretaria de Estado, porque me parece incomprensible que aún no hayamos firmado.
– ¿A qué cree que se debe este retraso?
– Pues al final será verdad que lo que está haciendo el ministro Caldera es esperar a cerrar los Presupuestos Generales de Estado del próximo año sin haber atendido el convenio que le dejé a la Secretaria de Estado para dejar a Madrid sin nada. Esto es un ejemplo más de la asfixia a la que el Gobierno de José Luis Rodríguez-Zapatero está sometiendo a los madrileños. Y en este caso en algo tan sensible como son los servicios sociales. Es la política electoralistas que practica, que al final lo que demuestra es lo poco que le importan las personas.
– ¿Sabe ya la partida que le correspondería a Madrid? – Nos va a dar 23 millones de euros. Una cifra ridícula. Sólo hay que compararlo con la dotación presupuestaria que la presidenta Esperanza Aguirre destina a los servicios sociales, que son 730 millones sólo para Madrid, tres veces más de lo que el Gobierno da para toda España.
– Otra de las medidas que ha anunciado el Gobierno es la dotación de 2.500 euros a las familias que tengan un bebé ¿Qué opinión le merece?
– Es otro anuncio electoral. Zapatero ha ignorado a la familia durante toda legislatura y unos meses antes de las elecciones hace este anuncio demagógico, porque en realidad no le importan las personas, sólo las elecciones. En la presidencia de Aznar ya se daban 100 euros mensuales durante tres años a las familias en las que la madre trabajaba cuando tenían un bebé. Eso es mucho más que los 2.500 euros que ahora anuncia Zapatero. El Gobierno de Esperanza Aguirre dio en la anterior legislatura 100 euros por nacimiento o adopción, en ésta lo vamos a ampliar hasta los 300 euros. Aquí está la diferencia, que lo que promete Esperanza Aguirre lo cumple, porque lo hace con dotación presupuestaria. Sin embargo, el presidente del Gobierno se apoya en su ministro de Economía, Pedro Solbes, que luego le contradice.
– ¿Qué va a pasar con la Ley de Adopción Internacional?
– La Ley está parada en el Congreso de los Diputados. Creo que el Gobierno de España ha perdido una oportunidad magnífica, porque en el debate en el Senado se introdujeron muchas enmiendas, algunas del PP, que mejoraban la ley y que al llegar al Congreso no se han recogido. Estoy convencida que en las próximas elecciones generales podremos volver a gobernar España y entonces espero que se haga una Ley Internacional de Adopción mejor que la que está ahora en el Congreso, y que trate igualitariamente a todas las comunidades autónomas. Porque una de las cosas que ha caracterizado al señor Zapatero a lo largo de toda la legislatura es que ha tratado de forma diferente a todas las autonomías y ha conseguido poner en vigor diecisiete formas distintas de administrar.
De técnica informática a secretaria de Adolfo Suárez
Gádor Ongil (Madrid, 1956) es técnica informática de profesión y madre de un hijo de 22 años. Su nombre, que se refiere al de la patrona de Nerja en Málaga, fue una de las sorpresas que Esperanza Aguirre se guardó hasta el final antes de revelar, el pasado 20 de junio, que le acompañaría en su segunda legislatura nada más y nada menos que al frente de la exitosa Consejería de Familia y Asuntos Sociales, innovación personal de la presidente madrileña en su primer periplo en el cargo. Antes de aquello fue secretaria personal del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez desde 1981 hasta 1990, concejala en el Ayuntamiento de Torrelodones entre los años 1995 y 1999, diputada en la Asamblea de Madrid en las tres últimas legislaturas donde ha sido portavoz del PP en la Comisión de Educación y desde 1999, coordinadora territorial del PP de Madrid. En su despacho, situado en el número 63 de la calle Alcalá, varias fotografías junto a su mesa muestran su gran pasión, su hijo, del que asegura que, aunque la Consejería le deja poco tiempo libre, hay cosas que no perdona, como «comer o cenar todos los días con mi hijo». Además, ha conseguido conservar algunas de sus aficiones como cocinar, trabajar en el jardín, pasear, leer y hacer punto. Su último objetivo: «tengo que darme prisa para acabar unos jerseys, antes de que den a luz mi secretaria y Lucía Figar -Consejera de Educación- a quien ya le hice uno para su primera hija», afirma.