Enviada para su publicación a los diarios Información, Levante-EMV, Diario de Ibiza, Diario de Mallorca, La Opinión de Málaga, Diari de Girona… espero que en alguna cabecera sea reproducida, no obstante la publico en este blog con la seguridad que llegará a quienes me hagan el honor de su visita, con lo que me daré por satisfecho si además la consideran interesante y difunden entre sus contactos habituales. Aquí transcribo la carta.
Señor director:
Asisto atónito y profundamente indignado a la campaña mediática sobre la LEPA (Ley de promoción de la autonomía personal y las personas en situación de dependencia) y sus bondades que ha puesto en marcha el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Con frases como “la asistencia que tú necesitas” e imágenes de un chico con síndrome de down jugando en una bolera con un grupo de amigos o la de personas mayores acompañados y ayudados en sus casas. Parece transmitir un mundo idílico y maravilloso gracias a la nueva LEPA.
Sin embargo nada más alejado de la realidad de personas que diariamente necesitan ayuda para realizar las más básicas tareas de la vida diaria como levantarse de la cama, aseo personal, comer… y por supuesto cualquier otro tipo de tarea dentro de nuestra sociedad, a la cual pertenecen como ciudadanos de pleno derecho pero que sin embargo una vez más se queda en papel mojado, pues no pueden acceder a ella por falta de prestaciones reales y efectivas.
Cuando se va a cumplir el primer año desde que entró en vigor dicha ley (02/01/2007) la realidad es otra, ningún ciudadano/a catalogado como gran dependiente en la Ley, y por lo tanto primeros beneficiarios de ella, está cobrando ayuda alguna para desarrollar una vida en igualdad de oportunidades con el resto de los ciudadanos dentro de su entorno social y comunitario (que es uno de los objetivos que la ley marca en su Artículo 13). De hecho todavía quedan miles de solicitudes pidiendo la valoración correspondiente en toda España como requisito previo para acceder a la Ley y por lo tanto saber a qué tienen derecho. Las Comunidades Autónomas no tienen claro cuál va a ser su aportación definitiva dentro de la Ley, y algunas de ellas todavía no han realizado el reglamento mientras que otras se aventuran a desarrollar la Ley por su cuenta, creando 17 Españas con prestaciones diferentes. No se tiene claro cuáles son las prestaciones a las que tiene derecho la persona valorada y en que condiciones, hay confusión entre los profesionales y demasiados interrogantes por resolver. Preguntas como ¿que va a pasar con las personas ya contratadas?, ¿qué régimen de seguridad social les corresponde?, ¿quien paga ésta seguridad social?, etc.
Lo que sí sabemos es que la dotación para asistencia personal es de 780 € en el mejor de los casos, con lo que se podrían cubrir tres horas diarias de asistencia. Y 480 € para el cuidador familiar, para cubrir las 24 horas del día los 365 días del año. Datos a todas luces insuficientes para llevar a cabo una vida en igualdad de oportunidades y disfrutar de los mismos derechos que el resto de la ciudadanía, para todas aquellas personas niños, adultos y mayores, que tienen una gran dependencia y por tanto la necesidad de ayuda de otra persona, pero que por ello no renuncian a vivir en su entorno, a relacionase con sus vecinos y disfrutar del ocio, la cultura y tiempo libre. No quieren estar encerrados en residencias con dotaciones y presupuestos espectaculares, que suponen jaulas con barrotes de oro donde la persona no tiene el control de su vida ni la opción de tomar decisiones sobre la misma. Quieren derechos y no servicios, ser ciudadanos como el resto.
Se inauguran nuevas residencias a bombo y platillo pretendiendo dar una imagen de modernidad en políticas sociales para las personas en situación de dependencia pero la realidad es que tanto las directivas europeas como la Convención de la ONU sobre las personas con discapacidad, ratificada recientemente por España, incentivan la vida en el entorno habitual y el derecho de elección.
Enrique Rubio Aracil
DNI 21xxxxxxxM