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Acostumbremonos a mirar en el etiquetado de los productos de alimentación para descubrir la picaresca comercial.

El creciente interés de los consumidores respecto a los productos ecológicos ha supuesto una importante demanda de los mismos. Por desgracia, algunas empresas han decidido “subirse al carro” lanzando al mercado productos que llevan en su etiqueta la palabra “bio”, pero que no cumplen con las características necesarias para ser considerados en esa categoría, según la legislación europea. Es decir, que en sus procesos de producción no han utilizado métodos naturales y tradicionales, contando con la ayuda de sustancias químicas como abonos o plaguicidas.

Diversas asociaciones de consumidores han denunciado estas prácticas, que se amparan en cierta ambigüedad al respecto dentro de la legislación española. Algunas empresas, previendo complicaciones, han retocado sus etiquetas de manera que el nombre del producto lleve a la confusión.

De esta manera, algunos “bio” se han transformado en “b¡o” o en “bi@”, en lo que supone un acto cercano a la picaresca. Se recomienda, hasta que las leyes españolas tomen cartas en el asunto, informarse sobre el origen y elaboración del producto antes de fiarse de etiquetas vistosas.


Más información: M.A.P.A.