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¿Publicidad engañosa? Maniopulación informativa.

Canal 9 no cumplió con la neutralidad informativa, según la Junta Electoral

 

 

Desde la Plataforma queremos denunciar el maltrato a la ciudadanía dependiente valenciana, por las informaciones manipuladas que se hicieron desde Canal 9 respecto a la manifestación del día 16 de la Plataforma.

Ese día, en el canal 24, salió la manifestación sin los carteles que pedían la dimisión de Camps y Cotino, ni las pancartas que denunciaban la privatización de los servicios sociales, ni los trajes a cambio de las ayudas para los/as dependientes. Pero después de la desinformación salió la entrevista con Cotino en la fiesta de la primavera de Viveros, diciendo que la manifestación de la dependencia era para pedir al gobierno de España 144 millones. Desde aquí se insta a Canal 9 que no manipule mas y haga un periodismo serio y neutral.

Publicado por Plataforma Dependencia Valencia

Nota redacción Dependencia Alicante: Consideramos también que si en Canal 9 quieren demostrarnos su profesionalidad y credibilidad, deberían hacer rectificación en la medida que reconoce la Ley de prensa, para evitar caer en el descrédito y la prevaricación.

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Artículo de opinión.

Parece llegado el momento de que en el Gobierno valenciano se paren a valorar si la opinión de todos se puede ignorar.

 

Levante-EMV.com » Opinión

 

Dependencia, unanimidad

 

GUSTAVO ZARAGOZA *

Una de las principales consecuencias que se han suscitado con la puesta en marcha de la Ley para la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia en la Comunitat ha sido la aparición de un importante conflicto en el seno de la sociedad valenciana, el desarrollo de la norma ha venido acompañado de denuncias, concentraciones, manifiestos y opiniones muy discrepantes acerca de cómo se viene gestionando este tema por parte del Gobierno de la Generalitat. En sociedades desarrolladas como la nuestra no es extraño que se produzcan cruces de intereses enfrentados entre partes que provocan una visión absolutamente encontrada de una misma realidad. Estas discrepancias se escenifican a través de declaraciones contradictorias, actos reivindicativos e incluso mediante cruce de denuncias en los tribunales. Ahora bien, por lo que hace referencia al cabreo suscitado por el caso que nos ocupa, las dos posiciones enfrentadas están muy delimitadas: por un lado, se encuentra la Administración valenciana, y por el otro, se produce una absoluta unanimidad en su contra. Todas las voces interesadas han lanzado una misma denuncia: la falta de eficacia es un clamor recogido por asociaciones de discapacitados, sindicatos, colegios profesionales, universidades. La única voz discrepante es el propio Gobierno valenciano, que no ofrece explicaciones y se enroca en un discurso de negación de la realidad.


Resulta bastante evidente que si el conjunto de los directamente afectados por la ley están manifestando esta disconformidad mediante concentraciones, demandas judiciales, manifiestos y denuncias públicas, algo no está funcionando de la manera adecuada, especialmente si tenemos en cuenta que nos estamos refiriendo a personas y grupos con enormes limitaciones y escasos recursos; por tanto, adquiere una especial relevancia el manifestar una opinión en contra del poder establecido. La excusa del cruce de intereses no es válida en esta ocasión, especialmente porque una de las partes enfrentadas tiene como obligación el cumplimiento y la aplicación de todas las leyes, le gusten más o menos. La actitud que ha mantenido hasta ahora la Conselleria de Bienestar ha llevado a un estado permanente de reacción por parte de los afectados. El pasado día 16 tuvo lugar una manifestación por las calles de Valencia para denunciar, una vez más, lo que está ocurriendo. Parece llegado el momento de que en el Gobierno valenciano se paren a valorar si la opinión de todos se puede ignorar y sería conveniente reconocer los errores, atender las demandas, cambiar su talante prepotente que no beneficia a nadie y ofrecer respuestas a las personas dependientes, que lo están pasando muy mal y requieren prestaciones que hasta ahora no están llegando, o lo están haciendo con un enorme retraso. Lo peor de todo es que el leiv motiv de la reclamación es algo que debería ser una prioridad para el Gobierno de la Generalitat.

*Profesor de Política Social. Universitat de València.

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Noticias sobre la LEPrA

En estas comunidades impone el PP su particular boicot a la Ley de Dependencia.

 

 

ELPAIS.com  >

Madrid y Valencia superan el 50% de las quejas al

Defensor del Pueblo sobre Dependencia

 

Los trámites de algunos ciudadanos se dejaban en suspenso sin avisarles.

 

El número de fallecidos sin percibir la ayuda es "significativo".

 

CARMEN MORÁN – Madrid

Las personas que padecen algún tipo de dependencia están viéndose en severos aprietos en las Comunidades de Madrid y de Valencia. Ellas dos acumulan más de la mitad de las quejas que ha recibido el Defensor del Pueblo en 2008. Quejas de ciudadanos a nivel individual. Reclaman que se les reconozcan los derechos establecidos en la Ley de Dependencia desde 2006 y algunos piden ayuda porque nadie en la administración regional les informa sobre cómo va la tramitación de la solicitud que presentaron hace meses.

 

La normativa que estas dos comunidades han desarrollado para tramitar las solicitudes de los ciudadanos alarga los trámites y deja en algunos casos a la gente en una completa indefensión. En Madrid algunos se han agrupado y han buscado la asistencia de abogados, que han denunciado esta normativa regional. El Tribunal Superior de Justicia de la comunidad ha admitido a trámite su queja. En Valencia también se han organizado los ciudadanos, que han contado con la colaboración del Colegio de Abogados, que ha destinado un turno de oficio sólo para atender y cursar las reclamaciones de los ciudadanos. Les asesoran gratuitamente y les hacen los recursos previos a la vía judicial. Así que, una ley prevista para ofrecer ayuda a los más necesitados se ha convertido en algunas comunidades en un descalabro para muchos usuarios.

En la Comunidad Valenciana se reconoce que han dejado en suspenso los trámites de algunos ciudadanos cuando percibían que su grado de dependencia era moderado o leve y por tanto, no estaban obligados a conceder la ayuda en 2008. Y se dejaba el caso apartado sin comunicar nada al ciudadano. El Defensor recuerda la "obligación" que tiene la Administración de dictar resolución expresa sobre las solicitudes que formulen las personas sin que puedan aplicar el silencio administrativo para resolver ese expediente o dejar de hacerlo. Y recuerda las posibilidades que tiene esta ley si se gestiona de forma eficaz para proporcionar toda una cantera de nuevos puestos de trabajo.

Problemas hay en todas las comunidades, aunque algunas presenten una gestión de la ley manifiestamente mejorable. El Defensor detecta las carencias que desde el inicio presentó el programa informático que puso en marcha el Gobierno, llamado por sus siglas, el SISAAD, que costó 22 millones de euros y pretende ser tan capaz como el que maneja los datos de Hacienda o el de la Seguridad Social. Pero los sistemas con los que ya operaban las comunidades eran a veces incompatibles con éste. Los problemas los recoge el Defensor, quien habla de "duplicación de tareas" y de "numerosos errores".

El Informe destaca "el significativo número de interesados que han fallecido a lo largo del proceso" de solicitud y recepción de ayudas. Por si eso fuera poco, prácticamente cada comunidad actúa de una forma distinta cuando esto ocurre: unas pagan a los herederos (siempre que se trate de una prestación económica lo que correspondía al solicitante) con efecto retroactivo, otras no, como La Rioja, donde entienden que cuando el beneficiario ha fallecido "no existe un derecho consolidado, sino una expectativa de derecho". Y entre las que pagan, no todas lo hacen desde el mismo momento: algunas reembolsan desde que se cursó la solicitud, otras desde que se prescribió la ayuda. Hay meses de diferencia entre todo eso.

El Informe recoge también dificultades cuando el solicitante se traslada de una comunidad a otra en pleno proceso de reconocimiento de su grado de dependencia. Estos casos son comunes entre los ancianos que tienen hijos viviendo en distintos sitios de España, los llamados abuelos golondrina. El Defensor recomienda que se "exporten" las prestaciones que recibe el cuidador familiar que en cada periodo atienda al dependiente.

Las comunidades también encuentran dificultades para recabar datos económicos de los posibles usuarios de la Dependencia y establecer así la aportación que ha de hacer el ciudadano al servicio que reciba (el copago). La Administración se enreda con datos que posee ella misma.

La mayoría de las comunidades lamentan, según recoge el Informe del Defensor, la escasa y poco estable financiación que recibe esta ley y que las obliga a aportar mucho más dinero del que se preveía.