Categories
Artículo de opinión. Convención de los derechos de personas con discapacidad de la ONU Debates Denuncia Pública Derechos humanos Reflexiones

Berlusconi condena a Eluana Englaro.

Foto de Eluana

El gobierno de Berlusconi ya tiene preparado el decreto-ley de urgencia, que vendría a reafirmar la cadena perpetua de Eluana Englaro.

Lleva 17 años encarcelada en sí misma sobre una cama, atada contra la voluntad de los suyos, conectada a una serie de aparatos y cables que perpetúan su no-vida… su mecánica, artificial y falsa no-vida.

Su pena podría prolongarse, quien sabe si otros 14 años, para sufrimiento de todos, gracias a Berlusconi, al Papa y a la inpía corte de hipócritas que hablando de piedad, nos quieren al modo de sus mártires llagados y dolientes, a imagen y semejanza de su San Sebastian, su San Pedro o del propio Jesucristo. Qué perversión.
La italiana, que ha pasado en coma irreversible más de la mitad de su vida, iba a dejar de “existir” para “pasar a una dimensión más humana“, según el propio padre de la joven. Los médicos también estaban dispuestos a aplicar la eutanasia (del griego, buena muerte) a la paciente.
Sin embargo, el gobierno conservador de Berlusconi, impulsado por sus sádicas filias religiosas y las del Vaticano (cuya influencia transciende la turística plaza y las entidades bancarias que configuran el Estado teocrático), prefiere seguir ejerciendo una violencia inhumana sobre la joven, contra la familia, contra la razón.
También contra los derechos humanos, pues en palabras del compungido padre de la chica, “Eluana ha sido violada repetidas veces, se ha invadido su cuerpo contra su voluntad y la nuestra”.

Poco más hay que añadir. Quizás un “descanse en PAZ” ojalá sea así, Eluana.

Fuente: Reflexiones progresistas.

Categories
Artículo de opinión.

La discriminante hipocresía de nuestra sociedad.

Ángeles Cáceres

Carne de horca

ÁNGELES CÁCERES

Ya sé que el título es tremendista: lo siento. No hay otro para lo que quiero escribir, y además el tremendismo no radica en las palabras sino en la realidad que las sustenta. Y esa realidad existe. Y es conocida y consentida por todos. O sea que mejor nos dejamos de tantos aspavientos porque haya saltado a la luz el trato que reciben los niños recluidos en algunos centros de menores. No seamos cínicos, por favor: ya lo sabíamos.

Hay una frase de Dewey que siempre me ha hecho pensar: “Exterminando a un malhechor o encerrándolo tras unos muros de piedra podemos olvidarnos de él y de nuestra participación en haberlo creado”. Eso es exactamente lo que hacemos: mirar para otro lado. Como si por no estar viendo constantemente algo, ese algo dejara de existir. Pero qué cómodas son las mentiras piadosas; piadosas para nosotros, claro. Qué cómodo es sacudirnos nuestras propias responsabilidades, negarnos a asumir que los niños “delincuentes” son el fruto directo de nuestra forma de vivir, el producto lógico de nuestra sociedad profundamente injusta e insolidaria.

Recuerdo en una fiesta de La Merced haberme encontrado, cumpliendo ya condena en la por entonces flamante cárcel de Fontcalent, a un montón de criaturas que había conocido en el Tutelar de Menores. Tendrían dieciocho, diecinueve años; el gesto adusto, los brazos marcados por la jeringuilla del jaco y las cicatrices de las múltiples veces que se habían “chinado”, los tatuajes de “amor de madre” en el hombro y los cinco puntos de “muerte a la pasma” en la mano. Delincuentes de cuerpo entero, alguno de ellos incluso con categoría de kíe, de esos que baldeo en ristre y mirada de hielo son los amos del patio y el terror de los funcionarios. Habían seguido la trayectoria que se esperaba de ellos. El propio director de la cárcel, cuando le comenté que los había conocido niños muy poco tiempo atrás, los clasificó con una frase rotunda, compendio de todas las desesperanzas: claro, son carne de horca. Y de horca literalmente no eran, porque la pena de muerte ya estaba abolida en España, pero eran carne de prisión. Así: sin más alternativas, sin más salidas, sin más horizontes.

Hace muchos años, también, llegó a Alicante un nuevo director del Tutelar, Jesús Denia se llamaba. Traía un equipaje de sueños de reinserción, de sincera preocupación por los niños y de algo más: de amor hacia ellos. Y las cosas empezaron a cambiar en un Tutelar en el que se venía utilizando sistemáticamente la mano dura como única medida de reeducación, tanto que anteriores directores castigaban ellos mismos públicamente a los internados rebeldes, para mayor escarmiento y ejemplo, a correazos sobre la espalda desnuda. No sé por dónde andará ahora Jesús Denia, hace tiempo le perdí la pista. Sí sé que le costó el puesto de director su honradez y su valentía, porque lo destituyeron inmediatamente después de la última entrevista que yo le hice y en la que se empeñó en hacer públicos, con pruebas, los tratamientos con fortísimos psicofármacos que se habían estado administrando a la fuerza a los niños, antes de llegar él. Y pasó lo que suele pasar en estos casos: mataron al mensajero.

Pero aquel mensajero era un hombre de bien. Yo recuerdo haberle consultado si me arriesgaba o no a llevarme a mi casa un choricillo, al que conocí por motivos profesionales cuando su compañero de quince años (¡quince!), amaneció ahorcado en una celda de ingresos de Fontcalent, al día siguiente de haberlo internado por robar un coche en Benidorm aunque, legalmente, por su minoría de edad no podía estar allí. Tráemelo antes, me dijo Jesús. Se lo llevé. Hablaron a solas en una habitación mientras yo fumaba fuera y cuando salieron le dijo, delante de mí: chaval, esta mujer te está dando la oportunidad de tu vida, trátala como si fuera tu madre. Y a mí sólo me dijo: hala, para casa y suerte. Hoy, aquel choricillo es un probo padre de familia.

Así que de Jesús Denia aprendí que no hay más que un camino para llegar a las criaturas heridas: el amor. Sean esas criaturas personas adultas o niños, pero en los niños con mayor razón. De manera que las medidas coercitivas, los castigos físicos, el abuso de la fuerza y la administración de potentes psicofármacos para “domar a los rebeldes” no hacen más que empeorar la situación. No hacen más que marcarles la pauta que seguirán cuando salgan del centro de menores, del que antes o después tendrán que salir. Porque darán lo que han recibido. Practicarán con los demás lo que con ellos se ha practicado. Utilizarán la violencia y la coerción como único argumento. Cambiarán el tranxilium por heroína, y las correas con que han sido dominados a la fuerza por una navaja cabritera para por la fuerza poder dominar.

Pero la cuestión, seamos realistas, es ésta: ¿a alguien le importa verdaderamente lo que esos críos sufran hoy o lo que vaya a ser de ellos el día de mañana? Pues ya se lo contesto yo: a la mayoría de la gente sólo le importa en la medida en que cuando sean ya para siempre y sin posibilidad de retorno carne de horca, carne de prisión, que durante un permiso carcelario no les roben el coche o les revienten el chalé.

Categories
Artículo de opinión. Denuncia Pública Derechos humanos Discriminación Reflexiones Vida Independiente

En apoyo de Sara y David, discriminados por su discapacidad.






CASO CERRADO


El delito de Sara y David es ser pobres y diversofuncionales (minusválidos, según un certificado que les debería asegurar protección especial y no un castigo por ser como son), la condena: privarles de su hija, Esmeralda.

El delito de Esmeralda es haber nacido, la condena: impedirle crecer al lado de sus progenitores, Sara y David.

El delito de los responsables de Sara y David despreocuparse totalmente de ellos hasta el punto de abandonarles a su suerte en estos momentos, la condena: seguir beneficiándose de las ayudas económicas a que tiene derecho Sara.

El delito de los responsables administrativos su negligencia al no dispensar a Sara y David la especial protección a que están obligados, la condena: aparecer como administración responsable y veladora de los derechos de Esmeralda.

El delito de los responsables judiciales dar a todo este sin sentido una apariencia de justicia descuidando los derechos de Sara y David, su condena: aparecer como poder público que vela por los derechos de Esmeralda.

Imaginemos una Sara y un David igual de pobres y carentes de medios, pero sin diversidad funcional, ¿Servicios Sociales hubiese adoptado las mismas medidas? Posiblemente estaría en una casa de acogida para madres como los contemplados para mujeres en situación de riesgo de exclusión social o para madres jóvenes con hijos pequeños.

Imaginemos ahora una Sara y un David con diversidad funcional pero con una situación familiar aceptable o con los apoyos que legalmente les correspondan (parece ser que un curador), con una asistencia personal apropiada, incluidos social y laboralmente. Posiblemente no estarían pasando por este calvario, ni ellos ni Esmeralda.

Dejemos de imaginar. Son pobres, carecen de medios, no tiene una situación familiar “normal”; su curador parece ser que no da cuentas a nadie de lo que hace con la pensión que recibe en nombre de Sara ni a nadie le importa, jueces y fiscales incluidos; a los servicios sociales solo les ha preocupado esperar a que naciera Esmeralda, tenerla localizada y quitársela a la madre, cuando han tenido nueve meses para haber tomado las medidas necesarias para evaluar la capacidad de Sara y David para ser padres y dotarles de los medios necesarios a que tengan derecho…

¿Qué se puede esperar de un sistema que culpabiliza de sus negligencias al más débil y desoye el sufrimiento que causa apelando a un bien superior?

¿Qué se puede esperar de una sociedad que guarda silencio?

Jesus Angel Nieto Herce,

Abogado en ejercicio y activista del Movimiento de Vida Independiente en España

Categories
Artículo de opinión.

La EpC y la Molt Honorable Barbaritat Valenciana de Camps.

Educando a Camps

Por Manuel Alcaraz *

Qué le está pasando a Camps con la Educación?, ¿cómo a él, tan fino estratega, se le está yendo de las manos cuestión tan sensible? Aventuro una hipótesis: quizá es que no sea tan fino estratega. En absoluto desprecio la habilidad política de este hombre frío y despiadado, lo que sucede es que, hasta ahora, la estratagema de pincel la ha practicado en el seno de su partido para deshacerse de oponentes, mientras que respecto de la sociedad civil le ha bastado con estrategias de brocha gorda, las que cultivaban el aplauso de los clientes y sumían en el silencio apabullado a los críticos. Zaplana le dejó el terreno muy bien dispuesto, cuando, con su estilo zalamero, fue quebrando las fuentes de la resistencia cívica y crítica -las que no se habían suicidado previamente-. Pero los dos han tenido una visión de la democracia valenciana similar y restrictiva: desnudada de sus momentos deliberativos, dialogantes y participativos, Camps -y las élites locales del PP- piensan en términos de “caudillaje limitado y electivo”, que afianza los caracteres centralistas del poder, elude los mecanismos dinámicos de control, manipula las normas jurídicas, es tolerante con la corrupción si oponerse a ella significa alterar los equilibrios que les favorecen y siempre tiene dispuesto como argumento final el “para eso nos han votado”. No sé muy bien si es un retorno al liberalismo restringido decimonónico o un avance hacia las políticas berlusconianas, egoístas y segregacionistas, que se imponen con brusquedad a débiles y discrepantes, para atar en corto la incertidumbre de la globalización. Probablemente sean las dos cosas a la vez, en este PP de dos caras en el que una mira siempre al pasado mientras la otra vigila el futuro.

Y el sistema, digo, le ha funcionado muy bien. Hasta ahora. El panorama político valenciano es de una quietud aburrida. No insistiré en los problemas de la oposición para ejercer como tal, ni en los posibles contrapesos sociales e institucionales, más dados a la genuflexión cautelosa que a la aventura del pensamiento crítico, ni en las afonías forzados de otros. Pero todo eso se le está quebrando con la política educativa: el éxito de la manifestación de Valencia fue clamoroso, y tanto más porque, precisamente, hay que considerarlo a la luz de ese clima de pasividad; e igual puede decirse del resto de movilizaciones realizadas y del presagio positivo para las que quedan por efectuar.

La cuestión es especialmente resonante porque las políticas educativas han sido claves en la reconfiguración del imaginario colectivo valenciano que ha desplegado el PP estos años: en ellas confluyen el apoyo descarado a la privatización que favorece a la Empresa Iglesia Católica S.A. -¿podré calificar de “cristofílica” la escuela de Camps?- con los ensueños de ultramodernización que bordan todo mensaje que emana del Palau de la Generalitat: esa toma amplísima del territorio simbólico ha sido uno de los grandes éxitos de Camps. Si se mira desde esta perspectiva, podemos apreciar que la idea de impartir la EpC en inglés reproduce el esquema: o Cardenal o lengua del Imperio, o acatamiento de las más rancias enseñanzas eclesiales o modernidad galopante. Lo que a muchos parece una ocurrencia estúpida es perfecta en el esquema mental de muchos valencianos y valencianas re-educados in-cívicamante en el liberalismo trivial del “que cada uno estudie dónde y lo que quiera”, siempre y cuando sus hijos sean premiados con alguno de los atributos del prestigio.

¿Por qué, entonces, encuentra ahora esta movilización? Como digo, porque se le ha ido la mano; porque Font de Mora, con ese desparpajo de político sadomasoquista que quiere humillar o ser humillado, es ideal para la provocación, pero no para cuadrar los regates tácticos, porque él, tan moderno, se parece más a Millán Astray dando voces que a un capitán del láser ultragaláctico. Pero eso, si cabe, es lo de menos. Lo de más es que en las movilizaciones han confluido diversas expresiones del cuerpo social -alumnos, padres, profesores, sindicatos, intelectualesÉ- que llevaban años separadas. Y es que la segmentación social ha sido otra de las cláusulas de ventaja del PP. En esa confluencia, además, están presentes las indignidades toleradas mucho tiempo por esa misma segmentación. Y han coincidido en alzarse voces espontáneas, que se estrenan en estas cosas -y que, por lo tanto, no tienen los mismas prudentes temores que otros responsables-, con las de avezados sindicalistas o líderes sociales que se han venido conteniendo, pero que no han olvidado algunas lecciones.

No es, sólo, que la unión haga la fuerza, es que ha sido el propio campsismo en estado puro el que ha conseguido forjar esta convergencia. Porque el tamaño de la desmesura, la insultante obscenidad de disfrazar las pretensiones más sectarias bajo el manto idiomático, para perpetuar la estrategia de “conservadurismo innovador”, ha llegado ahora a afectar a la dignidad misma de decenas de miles de personas que, además, se han visto confundidas y avisadas sobre el peligro que corren sus legítimos intereses en un amplio muestrario de situaciones, desde las notas de sus hijos a la calidad de su puesto de trabajo. Y cuando una movilización se alimenta de la suma de la defensa de la dignidad y de intereses legítimos es difícil que pueda ser detenida.

Así está ahora Camps: vacilante y encerrado en su propia trampa, dudando entre dialogar de verdad o resistir a ver qué pasa, a ver quién tiene más fuerza. Habrá que ayudarle a reflexionar y a salir del atolladero. Con más, con más fuertes movilizaciones. Porque lo que está claro es que a él se le han acabado los argumentos, en cualquier idioma.

* Manuel Alcaraz es profesor de Derecho Constitucional de la UA.

Categories
Artículo de opinión.

El avance de los manipuladores.

Hombre desnudo

Por Graciela Chiale y Gloria Husmann

Están en todas partes y se multiplican. Usan la comunicación como un arma y son capaces de doblegar a cualquiera. Por qué hay que temerles y frenarlos.

Sólo vos y yo vamos a tener las llaves de la caja fuerte. Si llega a faltar algo, vos sos el responsable”. Con frases de este tipo, el gerente de una multinacional solía dirigirse a su colaborador de confianza. Injusta, ofensiva y absurda, esta frase verídica pinta de cuerpo entero al interlocutor, un manipulador “de manual”, que abusa de la vulnerabilidad de su víctima a través de humillaciones, intimidaciones y actos denigratorios. El contacto prolongado con personas que presentan esta patología puede resultar nocivo para la salud en general, debido a que el cuerpo permanece en un estado constante de alerta y estrés, con consecuencias que van desde trastornos psicosomáticos y fatiga, hasta enfermedades graves. Todos estamos expuestos a ser manipulados: nos encontramos ante una verdadera “epidemia”, acicateada por la creciente tolerancia a las conductas manipuladoras. En la sociedad actual, estas no sólo son toleradas sino valoradas, por la relación estrecha que tienen con el ejercicio del poder que el manipulador opera sobre otros. Esto a veces se confunde con tener éxito.
Perfil psiquico. Pese a que aparenta lo contrario, un manipulador es una persona insegura que ejerce el poder de forma tortuosa y abusiva sobre otra, apropiándose de su voluntad para dominarla en beneficio propio. Es permisivo consigo mismo e intolerante con los demás. Critica constantemente a todos y a todo y hace creer a los otros que deben ser perfectos. Jamás transmite con claridad sus sentimientos. Tampoco escucha respetuosamente ni con el tiempo suficiente al prójimo, salvo cuando la situación le resulta favorable. Suele manejar con habilidad su discurso, aunque algunos no necesitan usar palabras: a veces les basta un gesto para manifestar su descalificación. También se sirven de la amenaza o el chantaje.
Una persona con estas características manipula a otras porque el modelo aprendido en sus experiencias traumáticas infantiles no le permite hacer otra cosa. Quizá haya sufrido abuso o manipulación en su infancia y, de adulto, transita por la vida como si esta fuera un campo de batalla: “matar o morir” es su lema.
Todos manipulamos a alguien alguna vez. Pero no hay que confundir la manipulación circunstancial a la que se recurre para lograr un objetivo con la manipulación constante. La línea que separa a ambas es su sostenimiento en el tiempo: es la frecuencia y la repetición lo que hace a la segunda tan destructiva. Por el contrario, lo efímero de la manipulación circunstancial no modifica la vida del manipulado.
No cualquiera cae bajo la influencia de un manipulador: de hecho este se aparta de aquellos a quienes percibe como insensibles a su poder. En general, sus víctimas tienen ciertos traumas de la infancia no resueltos. La pérdida de un progenitor a edad temprana, la convivencia con adultos manipuladores en su entorno afectivo, entre otras razones, podrían ser la génesis de dicha vulnerabilidad. Estas personas buscan, inconscientemente, sentirse dignas de ser amadas. Son complacientes, temen el conflicto, ofender o herir al otro.
Estrategias. No es fácil detectar a un manipulador: hay que estar atento y observar indicios. ¿Qué se puede hacer para frenarlo, si sospecha que convive con uno? Cuando la vida o la integridad psíquica del manipulado están en riesgo, la separación es la única salida. Sin embargo, sobre todo en situaciones laborales, hay vínculos que pueden mejorarse. Pero el manipulado debe entender que es imposible que el manipulador cambie y que alguna vez logre una relación ideal con él. Recién entonces podrá elaborar una estrategia de defensa efectiva.
Es vital no justificarse: rendir cuentas de los propios actos implica someterse al manipulador. Ante un comentario denigratorio, lo ideal es encarar una estrategia de protección, la ironía. El sentido del humor es una buena táctica, siempre y cuando el contexto lo permita y la víctima se sienta con las fuerzas necesarias. Otro recurso es ser sintético en la comunicación a fin de beneficiarse con la menor exposición posible a las críticas. Es bueno recordar que todo lo que diga “podrá ser usado en su contra”. Un recurso muy utilizado por ancianos que manipulan a sus hijos es “enfermarse” ante la partida de uno de ellos y mejorar cuando el viaje se suspende. En este caso, es útil retacear la información y anunciar la partida a último momento. También es vital aprender a decir “No” de forma cortés pero firme. Nunca permita que lo extorsionen, aunque más no sea con un favor en apariencia insignificante. Hay que evitar entrar en discusiones, sobre todo si existe el riesgo de quedar expuesto a una nueva desvalorización. Recuerde que para discutir hacen falta por lo menos dos personas. No se debe intentar “hacerle entender”: es preferible el silencio y, si es factible, el abandono del “campo de juego”.
El manipulador es un especialista en camuflajes. Se oculta bajo disfraces diferentes e intercambiables. En esto radica la dificultad para detectarlos. En nuestro trabajo de campo, elaboramos varios perfiles de manipuladores: el “despótico”, el “irresponsable”, el “simpático”, el “seductor”, el “generoso”, el “desvalido” y el “dependiente”, entre otros. No es fácil marcar el límite entre cada uno, sobre todo cuando se combinan los rasgos de varios al mismo tiempo. Todos, sin embargo, interpretan la realidad de manera deformada y culpan constantemente a los demás. Indefectiblemente, sus víctimas terminan asumiendo comportamientos que van en contra de sus propios intereses y que minan su autoestima. Es vital poner un freno a su sed de control y poder. Lo paradójico es que por más que dominen y sometan a los que los rodean, nunca pueden llenar ese vacío interior que sienten, el verdadero origen de su inseguridad.

Fuente: Revista Noticias

Categories
3 de Diciembre - Día Internacional de la Diversidad Funcional Accesibilidad Artículo de opinión. Derechos humanos Discriminación Divulgación

Una persona sin derechos no es una persona.

Una persona sin derechos no es una persona

Integración en la escuela de alumnos con discapacidad

03.12.08

CARMEN MENÉNDEZ OUBIÑA
MAESTRA PT REPRESENTANTE DE USTEA-ENSEÑANZA

DESDE 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Unión Europea celebran cada 3 de diciembre el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. La intención de esta conmemoración es concienciar a la sociedad de la situación de este colectivo y fomentar su integración, a partir de la igualdad de oportunidades y la participación social.

Desde 1985 y con la LOGSE (1990) se ha ido pasando de un sistema educativo en el que estos colectivos quedaban excluidos a un sistema integrador, para ello se dotaron de nuevos profesionales, maestros de pedagogía terapéutica, audición y lenguaje, fisioterapeutas, médicos, educadores/as y monitoras de educación especial. Se suprimieron barreras arquitectónicas, se adaptaron objetivos y contenidos y se dotaron los centros de recursos.

El caso que tras todos estos intentos normativos la inclusión de estos alumnos ha fracasado, pues no existen planes de evaluación y de mejora para la inclusión de alumnos con discapacidad. Los alumnos según van ascendiendo por el sistema educativo van encontrando mayores problemas, fruto de un sistema que no se ha ido renovando ni revisando en estos años, se ha dejado todo a la buena voluntad del profesorado, que no estaba preparado para enfrentarse con estos alumnos y tampoco disponía de los recursos necesarios. Por lo tanto se ha echado la responsabilidad del fracaso al profesorado y al alumno, uno por no saber enseñar y otro por no aprender, esto ya lo hemos visto en la ley de incentivos o plan de calidad.

La vida de una persona con discapacidad no debe acabar en un internado o centro de día, tras pasar años en la obligatoria sin haber crecido y siendo tutelado eternamente. La perdida de un alumno con discapacidad de un sistema educativo, porque no hay condiciones, lo convierte inmediatamente en carne de exclusión, pues lo arroja al aislamiento social y lo discrimina laboralmente.

En ese sentido la educación especial no favorece la normalización ni la integración educativa ni social, cuando se ofrece en espacios segregados, ya que no se tienen en cuenta las características de los alumnos a nivel individual. Los alumnos/as con discapacidad deben salir de una vez de ese trato clínico y asistencial sin pretensiones de futuro, para ir poco a poco desarrollando planes de vida independientes y de autodeterminación. Para ello requiere de un cambio en la mentalidad de familias, docentes y administración. Asumir que las personas con discapacidad tienen el derecho de asistir a nuestras clases, ser nuestros compañeros y compartir todos los espacios en igualdad.

Los cambios que se han llevado a cabo desde 1985 han ido avanzando en una dirección de la inserción, pero lo cierto es que los cambios son lentos y que aquellos alumnos que presentan mayores discapacidades presentan más desatención por parte de una administración que no se ha sentado a confeccionar planes reales de evaluación y mejora en la incorporación de estos colectivos.

¿Para cuando podremos ofrecer a estos alumnos planes acordes a sus características individuales, planes de empleo y planes de vida con apoyo?

USTEA exige a la administración que haga un estudio para evaluar la integración y la inclusión educativa, que realice planes en los que se tengan en cuenta a los alumnos con mayores discapacidades o problemas graves de salud, con la idea de mejorar sus posibilidades de integración social y laboral. Que dote a los centros de los recursos personales y materiales, y que estimule la formación del profesorado hacia metodologías de ‘inclusividad’ e igualdad de oportunidades.

Queremos una implicación de la administración educativa con colectivos, padres, administraciones y universidad para una inclusión completa de las personas con diferencias en sus capacidades por motivos físicos, psíquicos, sensoriales, mentales, sociales, etc.

Fuente: Ideal.es

Categories
Artículo de opinión.

La verdad nunca ofende, a no ser que algún imbécil se sienta ofendido.

Patente de corso, por Arturo Pérez-Reverte
Permitidme tutearos, imbéciles

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.

Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra. arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos». Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.

Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.

Categories
Artículo de opinión. Bioética

Vivir y pensar en la frontera

No hay dogmas en

bioética

Permalink 10.11.08

El Papa se opone a la creación de embriones como “material terapéutico”, rezaba el titular del 7 de noviembre, frase del discurso al Congreso Internacional sobre Donación de Órganos promovido por la Academia Pontificia para la Vida .

Cuando leí el texto italiano subrayé con color amarillo papal dos frases: al principio, su exhortación a una “lógica de la gratuidad”, y al final, su recomendación de una “cultura de la solidaridad”. En cambio, subrayé rojo su oposición a la “creación y sucesiva destrucción de embriones humanos como “material terapéutico”. Según su parecer (opinión personal, y no dogma; opinión cuestionable sobre cuestión controvertida, y no doctrina) “contradice las bases culturales, civiles y éticas sobre las que se apoya la dignidad de la persona”. (Esta última frase provocará perplejidad en filosofía y teología).

Lo subrayado en amarillo eran principios, lo subrayado en rojo, aplicaciones. Se podrá estar de acuerdo en los principios y, precisamentre para aplicarlos, disentir de sus conclusiones.

No llamaremos “material terapéutico” al niño que nació dando vida a su hermano, sino lo consideraremos como ejemplo de la “lógica de la gratuidad” y la “cultura de la solidaridad” que propugna Benedicto XVI.

Me pregunta por e-mail una lectora si, tras ese discurso, debo modificar lo escrito en posts anteriores para acomodarlo al magisterio eclesiástico y respetar la opinión papal.

Respondo: primero, no es cuestión de magisterio, porque no es cuestión ni de dogma, ni de doctrina, sino cuestión controvertida científica y éticamente, sobre la que hay que debatir desde la ciencia y la ética.


Segundo, no es cuestión de respetar una opinión papal. Se respeta la persona y se debaten las opiniones discutibles, como nos enseñó Benedicto XVI al presentar su libro sobre Jesús abierto al debate y no como imposición magisterial. Si eso vale del libro del Papa sobre Jesús, a fortiori de una opinión sobre una cuestión bioética, que no es competencia del magisterio eclesiástico. No hay dogmas en bioética…

Y en cuanto a la frase “material terapéutico”, no es aplicable a la selectividad de pre-embriones usada tras diagnóstico pre-implantacional en el caso del “bebé-esperanza” que nació dando vida.

Creyentes de fe adulta no confundirán los titulares de prensa con formulaciones dogmáticas, ni la libertad de expresión y derecho a opinar de los obispos con el presunto carácter vinculante de esas opiniones, sobre todo en materias que no son de competencia del magisterio. Otra cosa es el caso de creyentes adoctrinados para no pensar y comulgar con ruedas de molino.


Publicado en: “Vivir y pensar en la frontera”


Categories
Artículo de opinión. Por la Ley de la Memoria Histórica

“La historia deben hacerla los historiadores, y la memoria la hace cada uno”

PALOS


DE


CIEGO

La tiranía

de la

memoria

JAVIER CERCAS 02/01/2008

El debate sobre la llamada memoria histórica parece el debate de nunca acabar. Aunque a menudo sea un debate bárbaro y fatigoso, es natural que no acabe: la memoria pasa, pero la historia no, y aquí de lo que se trata -de lo que debería tratarse- es de la historia, no de la memoria. Primero fue la llamada Ley de la Memoria Histórica -que no lleva ese nombre, sino un nombre imposible e imposible de citar aquí-; luego fue el juez Garzón pidiendo información sobre los desaparecidos de la guerra y la posguerra. De entrada, ambas cosas me parecen bien; en realidad, no entiendo que a nadie pueda parecerle mal que se resarza a las víctimas de la guerra y la dictadura, que se eliminen los símbolos del franquismo, que se ayude a enterrar dignamente a los muertos, que se realice un inventario de los desaparecidos. Otra cosa es que el Estado tenga que promulgar una ley para hacer lo que debería haber hecho sin necesidad de ninguna ley, que encima sea una ley que amaga y no da y que, para colmo, las autoridades se hagan las remolonas a la hora de aplicarla: a mí no me hace ninguna gracia que el Estado se ponga a legislar sobre la historia, no digamos sobre la memoria -como no me haría ninguna gracia que se pusiera a legislar sobre la literatura-, porque la historia deben hacerla los historiadores, no los políticos, y la memoria la hace cada uno, y porque una ley de este tipo recuerda embarazosamente los métodos de los Estados totalitarios, que saben muy bien que la mejor manera de dominar el presente es dominar el pasado; pero la ley está para cumplirse y, una vez aprobada ésta, hay que cumplirla de inmediato y a rajatabla. Otra cosa es, también, que tenga que ser un juez quien se encargue del asunto; esto, lo repito, tendría que haberlo hecho el Estado: Suárez no habría podido hacerlo, porque ese mismo día le bombardean La Moncloa; González no lo hizo, y Aznar -que habría sido bonito que lo hiciese, porque eso hubiera demostrado que la derecha se ha emancipado de verdad del franquismo-, tampoco; y ya que Zapatero amaga y no da y remolonea, está bien que Garzón le empuje un poco (más no hará: Garzón sabe que le será imposible hacer lo que se propone). En fin: todo esto se ha dicho y repetido mil veces; todo esto está bien: para las víctimas, para la memoria y para la historia. ¿También para la historia?

Algunos historiadores empiezan a ponerlo en duda: algunos historiadores empiezan a temer que la invasión de la historia por la memoria -un fenómeno no exclusivo de España: otros países han promulgado con anterioridad las llamadas Leyes de la Memoria- tenga contrapartidas peligrosas para la historia. Acaban de explicarlo Pierre Nora y Élie Barnavi en un debate publicado en el número de verano de Le Magazine Littéraire. Nora y Barnavi son dos historiadores serios: el primero, francés, es autor de un libro seminal, Los lugares de la memoria, que tuvo el acierto pionero de tomar la memoria como objeto de la historia; del segundo, israelí, conozco un libro breve y vibrante: Las religiones asesinas. Nora y Barnavi alertan al unísono contra lo que llaman “la tiranía de la memoria”: hasta una época reciente, la memoria había servido como material del historiador; ahora la memoria tiende a conquistar la historia, de tal manera que ésta tiende a ponerse al servicio de aquélla, si no a apropiársela. Pero la historia no puede estar al servicio de la memoria, sino de la verdad, y la memoria es por definición lo opuesto a la verdad, porque es parcial, personal, subjetiva, mientras que la historia debe aspirar a ser, si no total y universal, sí al menos objetiva. La memoria es un ingrediente de la historia, no la historia: uno de los riesgos de convertir la memoria en historia -uno de los riesgos de las llamadas Leyes de Memoria- consiste en la creciente inclinación a escribir la historia desde el punto de vista exclusivo de las víctimas, cuando la historia de las víctimas es apenas una parte de la historia, que sólo empieza a completarse con la historia de los verdugos: una no existe sin la otra, ni se explica sin la otra. La historia pierde así su función de reconstructora objetiva del pasado al subordinarse a la memoria; la propia memoria pierde su función de vínculo vivo con la reivindicación de justicia que la anima, de recurso de los vencidos de la historia, y al institucionalizarse puede convertirse en la coartada del terror: la memoria manipulada del Holocausto es una de las justificaciones de las salvajadas del Gobierno israelí; más cerca: la memoria manipulada del franquismo es una de las justificaciones de las salvajadas de ETA. El historiador es no es un ideólogo. El historiador no es un político. El historiador no es un juez. El historiador no es nada más que un historiador. Y nada menos.

Hasta aquí, en lo esencial, Nora y Barnavi. Necesitamos la memoria porque sin memoria no hay identidad; necesitamos la historia porque sin la historia sólo hay barbarie. Quizá distinguir entre una y otra -dar a la memoria lo que es de la memoria y a la historia lo que es de la historia- ayudaría a convertir este debate de nunca acabar en un debate civilizado. Quizá deberíamos proscribir la expresión memoria histórica.

Posdata (17 de octubre): Olé por Garzón.

Categories
Artículo de opinión. Derechos humanos Vida Independiente

Sr. Director. Una carta para los Reyes Magos de Oriente, por favor.

.

.

Carta al Director:

.

Hace dos años, si no tres, por estas fechas y a través de Cartas alDirector, escribí a sus Majestades los Reyes Magos pidiéndoles una Leyde Promoción a la Autonomía Personal acorde a la realidad de laspersonas con diversidades funcionales y en consonancia con los Derechos Humanos (DDHH).

.

Pues, la ley todavía no se cumple acorde con los DDHH, por lo visto es muy costoso dotar a un colectivo social, históricamente discriminado, de recursos y apoyos para que podamos ejercer nuestros derechos y deberes. Aún hoy, en muchos lugares del mundo se opta por construirresidencias para que 30 personas residentes puedan estar atendidas por 3 personas profesionales; y aún en muchos lugares se cree que una persona que necesita apoyos humanos intensivos ha de vivir cuidada de la familia hasta el final de las fuerzas y la esperanza. Por esos lugares los Reyes Magos todavía no han pasado. Sin embargo, por mi casa sí pasaron y me trajeron la oportunidad devivir mi vida, asumiendo riesgos y responsabilidades, me trajeron la asistencia personal (AP) utogestionada y sin copago, me la trajeron envuelta en un proyecto piloto, titulado “Hacia la Vida Independiente “, de Barcelona. La AP que me llegó vino sin manual de instrucciones y sin pilas. Alprincipio fue un caos controlarla, se trataba de establecer una relación laboral en el día a día de lo que iba a ser mi vida, era empezar a tomar decisiones tan cotidianas como a qué hora me levanto, cuándo plancho, o qué ceno. Fue hace dos años, fue quitar el control de mi vida a mi familia y empezármela a dirigir yo misma. Hoy continúo teniendo asistencia personal autogestionada y sin copago, todavía la tengo envuelta en un proyecto piloto, y con todo lo vivido, con toda la libertad adquirida y con el fenómeno de poder controlar yo mi vida, sólo me sale pedir de nuevo a Gaspar, Melchor y Baltasar que observen cuantos de los derechos humanos nos han devuelto, a los/asparticipantes, con la dotación de la asistencia personal, y que el mismo sistema de autogestión y no copago lo traigan la noche de reyes envuelto en la ley de promoción a la autonomía personal y en la ley de servicios sociales. Os cuento una sorpresa chula que me he encontrado al inicio de estecurso: Resulta que en las bibliotecas públicas, en los ordenadores de acceso a internet, tema accesibilidad era inexistente. Yo utilizo el teclado de pantalla, por lo que a mediados del curso pasado hice la solicitud pertinente, a finales una coleguilla me contó que habían recibido respuesta de la Diputación de Barcelona confirmando la previsión de hacer accesibles los ordenadores...

.

Pues ¿os créeis que se han matado? No, se ha limitado a meter el teclado de pantalla y nada más, ni lupa, ni audifono. Digo sorpresa chula pq a mi me viene de perlas, pero la dipu ya sabe que de accesibilidad poca, muy poca.

.

En la uni son más eficaces y de un día para otro activaron la accesibilidad a los ordenadores.

.

Marga

.