Muy interesante el debate entre Malcolm Gladwell y Chris Anderson sobre la economía basada en lo gratuito. Chris Anderson, autor del famoso libro Long Tail y editor de la revista Wired, está a punto de publicar un nuevo libro: Free. Malcolm Gladwell, autor de libros como blink, o outliers –versión en español-, columnista del New Yorker y aclamado conferenciante, hace una reseña de este nuevo libro.
Para Anderson la tendencia hacia lo gratuito es imparable. El coste de los tres elementos fundamentales de la economía digital — almacenamiento, procesamiento y ancho de banda — es cada vez es más cercano a cero. Esta tendencia conducirá a un nuevo mercado, el mercado de lo gratuito, que tendrá sus propias reglas y características bien diferenciadas del mercado actual y que dominará el futuro.
Gladwell se centra en un mundo que conoce muy bien, el periodismo, para rebatir los planteamientos de Anderson. La economía basada en lo gratuito será un mercado más, pero no el único ni el más relevante. Uno de los problemas de la economía de lo gratis es el exceso y la poca calidad de los contenidos. Un ejemplo es YouTube y los problemas que Google está teniendo para obtener beneficios con el servicio. Un contraejemplo que propone Gladwell a la tesis de Anderson es el éxito de las aplicaciones para el iphone en el App Store de Apple. Se trata de ideas que se venden a bajo precio y que generan una importante cantidad de beneficios económicos (para Apple y para los desarrolladores).
El compromiso como modelo de negocio
En mi opinión, un elemento muy importante de este debate es el compromiso. Cuando alguien se descarga gratis una canción, un programa o un libro, no puede esperar ningún tipo de compromiso ni de garantía del autor/empresa/editorial que ha originado ese producto. Usas el producto y después lo tiras. Cuando alguien se subscribe a un blog (gratuitamente) no puede esperar ningún compromiso de regularidad ni de dedicación del escritor.
Ahora bien, cuando se paga por algo, aunque sea 99 céntimos como en los programitas del iPhone, se pasa a ser un usuario de un producto. El precio que se ha pagado acredita al cliente ante la empresa o autor que lo ha desarrollado. Si la empresa es buena, cuidará a sus clientes y planteará sus productos como servicios. Querrá dejarles satisfechos, porque su supervivencia depende de que los clientes continúen consumiendo. Si se fomenta la idea del dinero como una garantía de compromiso, el cliente pagará porque estará interesado en mantener actualizado su producto, acceder a mejoras y, a largo plazo, contribuir a que la empresa o el autor continúe haciendo productos como el que ha comprado.
Hace unas semanas me compré la aplicación Myst para el iPod Touch. No es de las más baratas, cuesta 5 €. La semana pasada apareció un icono en la pantallita indicándome que estaba disponible una actualización que mejoraba ciertas características y arreglaba algunos bugs. Pulsé y obtuve gratis la nueva versión. Dentro de unos meses, seguro que sacan alguna de las secuelas de la historia. A esto me refiero. A quedarte satisfecho porque tu dinero sirve para que se siga desarrollando un producto que aprecias.
